El Vaticano amaneció abatido por un nuevo escándalo que deja en tela de juicio la santidad de la Santa Sede. Esta vez el protagonista fue el secretario del Cardenal Coccopalmerio, un monseñor cuyo nombre no ha sido revelado, pero cuyos actos lascivos podrían marcar un hito en la historia de esta institución.
La Gendarmería de la Ciudad del Vaticano sospechó del religioso cuando recibió quejas de hombres que entraban y salían constantemente de su apartamento en el Palacio del ex Santo Oficio. Pero probablemente ni siquiera los oficiales estaban preparados para lo que se encontrarían al llegar a esta opulenta residencia: bañados por una intensa luz roja y con droga en abundancia, un grupo de hombres participaba en lo que a leguas podría identificarse como una orgía.
Pero la historia no termina aquí. Son muchos los detalles de este suceso que le suman aún más gravedad a las acciones llevadas a cabo por el secretario del Cardenal Coccopalmerio. Por ejemplo: las residencias del Palacio del ex Santo Oficio están reservadas exclusivamente para aquellos que gocen de un alto rango en la Curia Romana, por lo que es inexplicable que un monseñor tuviese permitido residir en este recinto.
Por otro lado, el auto que el monseñor manejaba, un lujoso BMW, llevaba matrícula vaticana. Este es otro beneficio que no le correspondería a un religioso de su categoría y que mantuvo alejada a la policía, permitiéndole así, dado el caso, transportar droga a su antojo.
Otro dato que resulta ciertamente alarmante es que la entrada principal del Palacio desemboca directamente a la plaza del Santo Oficio, que ya es territorio italiano y está fuera de la jurisdicción de la Guardia Suiza y de la Gendarmería. Esto quiere decir que quien utilice este acceso, ya sea de día o de noche, tiene libre entrada al Vaticano sin tener que someterse a control alguno.
Como es de esperar, el cardenal Coccopalmerio, presidente del Pontificio Consejo para los Textos Legislativos, también tiene mucho que explicar antes de poder librarse de este escándalo. Siendo el interrogante más obvio por qué gozaba su secretario de semejantes privilegios.
Muchos ven poco probable que el cardenal no se haya percatado de lo que hacía su secretario, a quien, vale la pena destacar, incluso propuso como obispo en determinado momento.
Hasta el momento, del monseñor solo se sabe que, después de ser capturado por la Gendarmería, fue trasladado a la clínica Pío XI donde fue desintoxicado. Actualmente se encuentra en un retiro espiritual en un convento en Italia.
¿Qué opinas de este terrible escándalo? Comparte y comenta con todos tus amigos y familiares.