Recientemente, una impactante noticia ha estremecido al mundo, dejando a muchos con un mal sabor en la boca y, sobre todo, con la sensación de que, de alguna manera, la ficción se entrelazó con la realidad para recordarnos a todos que la maldad, en ciertas mentes retorcidas, no tiene límites.
Se trata de un hallazgo espeluznante realizado en Krasnodar, Rusia, por las autoridades: restos de cuerpos humanos en un congelador, tarros de jalea con miembros, fotografías sangrientas de cabezas servidas en un plato, entre muchos otros elementos infinitamente perturbadores. Todo esto en la habitación de una pareja de esposos, quienes, para ese momento, habían secuestrado, asesinado e ingerido a más de 30 víctimas.
Dmitry Baksheev, de 35 años, y su esposa, Natalia, de 42, admitieron que hace ya 18 años que han estado practicando el canibalismo sin que nada los detuviera, pero todo cambió gracias a un móvil extraviado en las calles de Krasnodar que atrajo la atención de las autoridades hacia ellos. Las fotografías almacenadas en el teléfono eran tan impactantes, que la persona que lo encontró se precipitó a reportarlo con las autoridades.
Según la policía, Dmitry Baksheev era un huérfano proveniente de Siberia que fue adoptado por una pareja sin hijos. En su adolescencia, su madrea adoptiva murió de cáncer y su padre lo echó a la calle.
Fue así como la policía llegó finalmente a esta macabra pareja, quienes vivían en una residencia asignada por la Academia Militar de la Aviación, donde ambos trabajaban. No obstante, el contenido del móvil resultó ser apenas una escueta pista de lo que encontrarían dentro de la habitación: el refrigerador estaba copado de paquetes de lo que parecía ser carne humana, había una cubeta repleta de trozos de cadáveres y también encontraron restos en el inodoro.
Asimismo, las autoridades dieron con 19 pedazos de «piel humana» esparcidos a lo largo de la habitación y con varios tarros de miembros mutilados.
Natalia era enfermera en la Escuela Militar y hacía dinero extra cocinando pies rellenos de carne humana que luego vendía en varios restaurantes de la zona. También se dice que compartía su banquete sangriento con los estudiantes de la academia, sin que estos supieran de dónde provenía la carne.
Cuando fue examinada por un equipo de psiquiatras forenses se determinó que «es una mujer sana y, por lo tanto, está plenamente consciente de sus actos».
Al principio, la policía publicó la foto de una mujer que se creía era Natalia Baksheev, no obstante, los vecinos de la zona alegaron que, en realidad, se trataba de una de las víctimas de la pareja. Su nombre era Elena B y, gracias a una cubeta que encontraron en la habitación, la cual contenía las pertenencias que llevaba consigo cuando la secuestraron, se identificó como una mujer de 35 años proveniente de Kirov.
Gracias a las fotografías tomadas por la policía, se puede ver el estado de la habitación de la pareja cuando fueron detenidos.
En varias ocasiones, Natalia intentó conseguir trabajo como chef, afortunadamente, no fue contratada.
Según los reportes oficiales, la pareja drogaba a sus víctimas con una droga rusa llamada Corvalol (cuyo compuesto activo es el fenobarbital) para hacerlas dormir. Dicha sustancia libera un olor muy fuerte y característico que ya en el pasado había inquietado a los vecinos de la pareja. Sin embargo, cada vez que intentaron entrar para saber qué estaba pasando, ellos comenzaban a gritar y a maldecir.
En una de las fotografías encontradas en el móvil, se puede ver a Dmitry sosteniendo un martillo y una hoz, los símbolos de la antigua Unión Soviética.
En esta perturbadora imagen se puede ver a Dmitry con una mano mutilada en la boca.
En la habitación de los Baksheev también encontraron muchas pelucas y una alarmante colección de fotografías viejas de restos de cadáveres.
Mientras que, en esta otra imagen, se puede apreciar cómo la pareja colocó la cabeza ya cocinada de alguna víctima entre un montón de naranjas y con aceitunas en los ojos.
Por el momento, la policía solo tiene pruebas concretas del asesinato de 2 mujeres en manos de estos monstruos, no obstante, ellos mismo han admitido haber secuestrado, asesinado y comido de la carne de 30 víctimas desde el año 1999.
Esperamos que se haga justicia en nombre de todas las personas cuya vida fue arrebatada por este par de enfermos. ¿Qué tienes tú qué decir al respecto? Comparte y comenta con todos tus conocidos.