Aunque poco común, uno de las complicaciones que pueden presentarse durante los embarazos de gemelos es que alguno de los bebés no termine de separarse por completo en su desarrollo, dependiendo así del cuerpo de su hermano. A este tipo de trastorno se le conoce como «gemelo parásito».
Tal es el caso de una bebé de la India que vino al mundo con una segunda cabeza adherida a su torso. Sin embargo, gracias a una milagrosa cirugía, los médicos lograron extraer los restos de su gemelo parásito y salvarle la vida a esta pequeña, con tan solo días de nacida.
Normalmente, el gemelo parásito carece de órganos.
Durante el embarazo, la madre de la bebé, de 21 años, experimentó dolores muy agudos. Luego de hacerse el ecosonograma y el ultrasonido, se le informó que tendría gemelos. No obstante, los médicos no supieron que se trataba de un gemelo parásito hasta que la bebé nació por cesárea en el hospital Ram Snehi, en Rajastán.
Los doctores no salían de su asombro cuando vieron que la bebé tenía una cabeza de más. Y no tan solo eso, también había nacido con una pequeña y deforme tercera mano sobre su pecho.
De inmediato, el equipo médico determinó que sería necesario someter a la bebé a una operación para remover los restos de su gemelo, que constaban de una mano y una cabeza con orejas parcialmente desarrolladas, ojos, nariz y labios.
En caso contrario, la salud de la pequeña se habría visto seriamente comprometida, pues el gemelo parásito se estaba alimentando del suministro de sangre de la bebé, y la privaba de los nutrientes que necesitaba para crecer saludablemente.
Se cree que solo 1 de 1 millón de niños nace con este trastorno.
«Este es uno de los caso más extraños de gemelo parásito. Fue muy complicado porque estaban unidos por el tórax y compartían vasos sanguíneos del corazón y del hígado«, explica el doctor Pravin Mathur, jefe del departamento de cirugía pediátrica del hospital donde atendieron a la bebé.
«Después de consultar inmediatamente con un equipo de radiólogos y con el apoyo de varios profesores, pudimos remover con éxito la cabeza del cuerpo de la bebé».
Al principio, los padres de la pequeña, quienes trabajan en una granja, estaban recelosos con la idea de practicarle una cirugía tan riesgosa a su bebé, puesto que temían que pudiese perder la vida en el proceso. Sin embargo, aceptaron llevarla a cabo luego de mucha conversación con los médicos.
Afortunadamente, la bebé, quien aún no tiene nombre, se está recuperando muy bien. Ahora tiene una segunda oportunidad en la vida y todo gracias al equipo médico que veló por ella y que, vale la pena acotar, no cobraron ni un centavo por ello. Pronto, los cirujanos removerán la mano extra que aún reposa sobre el pecho de la pequeña.
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