Se supone que un padre debe velar por el bienestar y la seguridad de sus hijos. No obstante, este no es siempre el caso y Edward John Hebert, el hombre que prendió en llamas a su bebé de 3 años y bañó en gasolina a su hija mayor, de 7, es un claro y espeluznante ejemplo de ello.
Todo ocurrió en agosto de 2015 cuando, después de una semana de beber y consumir cannabis en exceso, Herbert comenzó una noche a desvariar gritando cosas como «los extraterrestres vienen por mí» o «El hombre lobo llegará a las 12 am».
Pero su errática conducta pronto devino en una violencia incontrolable. Fue entonces cuando amenazó a su ex pareja con un cuchillo, haciéndola huir despavorida
Sin embargo, sus 3 niños aún se encontraban dentro de la casa. Así que Herbert procedió a rociar a las niñas con gasolina, quemando a la menor hasta causarle graves quemaduras en un 13% de su cuerpo, un porcentaje que habría sido mucho mayor si una vecina policía que, en ese momento se encontraba fuera de servicio, no hubiese irrumpido en la casa al escuchar los gritos.
Durante el juicio a Herbert, Stephanie Bochorsky le contó al jurado con lágrimas en los ojos que, cuando llegó a la escena del crimen, la pequeña de 3 años se encontraba parada en su cuna con toda la cabeza prendida en llamas.
De inmediato, se apresuró a apagar el fuego con una manta y luego rescató a la niña de 7 años, quien ya había sido bañada con gasolina, arrastrándolas a ambas fuera de la casa.
Acto seguido, otro vecino llegó corriendo con un extintor de fuego y encontró a Herbert desnudo en la cocina, dando vueltas y tomándose una cerveza. Apenas lo vio, el agresor intentó abalanzarse sobre él con un cuchillo, pero el hombre logró golpearlo primero con el extintor en la cabeza.
Herbert le dijo a su vecino que había quemado a su bebé porque «era jod**** hermosa».
El niño de 6 años también fue rescatado y, según el vecino que lo encontró, estaba paralizado del miedo por todo lo que había escuchado. Cuando se lo llevaron, Herbert exclamó: «no se preocupen, no habría quemado a mi hijo».
Pero a pesar de todo el daño que causó, este monstruo aun tuvo el atrevimiento de declararse inocente en la corte. Según su abogado, Herbert, a quien le habían diagnosticado desorden bipolar, se encontraba psicótico en ese momento, por lo que no debería ir a la cárcel, sino a un centro de salud mental. Argumento que no tuvo ninguna validez, pues el consumo de alcohol y droga jugó un papel muy importante en el ataque.
Vecinos y amigos de la familia dieron declaraciones a la prensa en las inmediaciones de la corte.
Finalmente, el juez declaró a Herbert culpable por 5 cargos diferentes, sentenciándolo a 17 años de prisión. Por su parte, Trevot Hayden, un amigo de la familia, expresó que este no es tiempo suficiente para que Herbert pague por lo que hizo.
«Ninguna condena puede subsanar lo que le hizo ese hombre a sus hijos, quienes estarán asustados por el resto de sus vidas», agregó.
De la bebé se sabe que ahora vive permanentemente asustada y que ha comenzado a tener problemas de audición y también con sus cuerdas vocales. Asimismo, Trevot Hayden aclaró que, si bien está estable, su estado de salud física y mental es complicado, pues aún necesita tratamiento y deberá ser sometida a diversas operaciones a medida que vaya creciendo.
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