Existen experiencias que desnudan el alma y dejan al descubierto los más sinceros sentimientos. Este instante capturado por el lente de una cámara ha inmortalizado un beso de orgullo y amor que va más allá de la vida.
Este niño de tan sólo 12 años de edad, vivió uno de los momentos más emotivos de su vida y que siempre guardará en su corazón. El beso de despedida a quién fue y será por siempre su héroe… ¡Su padre!
Lamentablemente este hombre dejó junto con su último aliento un gran vacío en el corazón de quienes fueron parte de su vida.
Brian Jr. en el funeral de su padre quiso darle su último adiós. Se detuvo un minuto, se inclinó y besó el ataúd mientras en su mano sostenía una cruz.
Cientos de oficiales, compañeros, amigos y miembros de la familia estaban de pie en la fila detrás de él, esperando para rendir un pequeño homenaje, pero justo ese momento detuvo el tiempo.
Este instante suspendido en el tiempo fue capturado por la cámara del fotógrafo Damian Battinelli, amigo de este hombre y de su familia.
Brian Falb, de 47 años, fue un veterano con 18 años de servicio en la Policía del Estado de Nueva York. Un funcionario activo durante los atentados terroristas en el World Trade Center.
Murió el pasado mes de marzo después de pelear una dura batalla por más de un año con un cáncer cerebral relacionado directamente con la inhalación de aire tóxico de la llamada Zona cero de Manhattan.
Damian, no sólo se solidarizó con su amigo que físicamente dejó este mundo, sino con todos los que también están luchando contra esta terrible enfermedad como consecuencia de los hechos del 9/11.
Al igual que Brian, también fue diagnosticado con cáncer hace unos años, padece cáncer de vejiga. Fue una noticia muy dolorosa.
Damian, comentó que su vida cambió cuando conoció a Brian y a su familia. La esposa de Brian, lo contactó para que fotografiara algunos momentos familiares el año pasado.
Antes de conocerlos no sabía sobre el programa de salud World Trade Center, que proporciona atención, seguimiento y tratamiento gratuito para aquellos que resultaron heridos o se enfermos después de la exposición tóxica en el lugar del World Trade Center. Más de 70.000 personas son parte de este programa.
Gracias al apoyo que recibió de Brian y su familia, Damian obtuvo la asistencia permanente para el cáncer que padece.
En mayo, su amigo descubrió que tenía cáncer cerebral. Se sometió a una cirugía para extirpar el tumor y su recuperación apuntaba a un buen pronóstico.
Cuando Damian escuchó sobre la cirugía, él se acercó a María y se ofreció para realizar las fotografías de la familia sin cobrar. Ella aceptó la propuesta y en septiembre lo llamó para hacer este sentido trabajo.
La familia visitó un granero cerca de su casa de Nueva York, era la primera vez que su esposo vestía el uniforme después de conocer el diagnóstico del cáncer.
Su esposa comenta que ese momento fue de mucho orgullo para él. Brian llevaba su uniforme de policía por última vez en esa sesión de fotografía.
Poco tiempo después, su salud fue empeorando. Los médicos encontraron que el cáncer había llegado a la columna vertebral. Sufrió un derrame cerebral y murió.
En los preparativos del último adiós de Brian, su esposa llamó a Damian para que se encargara de tomar fotografías en el funeral de este gran hombre. Aunque se trataba de algo que nunca antes había hecho, accedió.
Entonces pudo capturar ese momento tan especial y lleno de sentimiento, donde su hijo le dio el último beso a quien fue el héroe de su vida y la de muchos.
“Brian Falb sirvió al pueblo de Nueva York con el valor y la dedicación que encarna lo mejor de la Policía del Estado de Nueva York”, dijo el gobernador de la ciudad, Andrew Cuomo, días después de su muerte.
Damian, comenta que cuando la gente dice que Brian era fuerte tenía razón, aunque él sabía que las cosas no iban muy bien, se centraba en volver a trabajar. Nunca se quejó.
Este gran hombre siempre estará en los corazones de quienes lo conocieron y será el orgullo de un policía que siempre estuvo a la disposición de su gente para cuidarlos protegerlos y ayudarlos.
Nunca se está preparado para dejar partir a un ser querido, este hijo dio el más grande de los ejemplos con tan sólo 12 años. Comparte esta emotiva historia con tus amigos.