La emergencia sanitaria desatada por el coronavirus ha despertado en muchos el deseo de ayudar de alguna manera a las miles de personas afectadas directa e indirectamente por la pandemia.
Sin embargo, el COVID-19 es devastador y en esta oportunidad, la buena voluntad de un consultor de trasplante de órganos le ha valido su propia vida.
El Dr. Adil El Tayar, de 63 años, se había ofrecido como voluntario para ayudar en A&E de un hospital de West Midlands pero el contacto con los infectados de coronavirus terminó no solamente infectándolo sino acabando con su vida.
Adil murió el miércoles pasado en el Hospital de la Universidad West Middlesex en Isleworth, al oeste de Londres.
El hombre había decidido trabajar como voluntario de primera línea en Midlands para ser más útil y lograr servir en un lugar donde realmente se le necesitaba.
La idea era que Adil pudiese trabajar durante la semana en Middlesex y volver a Londres, donde residía, para un descanso de un par de días. Sin embargo, esos planes se vieron interrumpidos.
Hace dos semanas que el médico se sintió mal y aunque los síntomas parecían leves, sabía que el contacto directo con contagiados lo hacía una presa fácil para el virus.
El doctor Tayar no se pudo presentar más a trabajar como voluntario en el centro médico y su sospecha de contagio resultó afirmativa.
Su historia conmovió a todos, después de que su prima, la periodistas Zeinab Badawi le rindió homenaje en su programa de radio.
“Él había querido ser desplegado donde sería más útil durante la crisis. Eso era típico de mi primo Adil, siempre dispuesto a ayudar, siempre con una sonrisa dispuesta», reseñó Badawi.
Para honrar al padre de cuatro hijos, de los cuales dos también son doctores, Badawi comentó de cerca el caso de su primo. Además, dejó bastante clara la mortalidad del virus contra el cual nos enfrentamos.
«Adil tardó sólo 12 días en pasar de un médico aparentemente en forma y capaz que trabajaba en un hospital ocupado a estar acostado en una morgue del hospital. Este virus es implacable, indiscriminado y puede ser brutal”, confesó la mujer.
La familia de este héroe está destrozada, ya que su muerte ha sido un golpe inesperado pero lo cierto es que frente a la pandemia nadie está exento del peligro.
El coronavirus no puede ser un hecho alejado que se traduzca en simples cifras, son miles de personas afectadas que no sólo han muerto sino que están perdiendo a sus seres más queridos.
Más que parte de las estadísticas, los nombres de estas personas merecen ser reconocidos como verdaderos mártires de la pandemia. Comparte esta lamentable noticia.