El amor verdadero es para toda la vida, un matrimonio de ancianitos en Texas es el vivo ejemplo, después de haberse contagiado con el coronavirus estuvieron juntos hasta el final. Las imágenes de sus últimas horas de vida conmovieron a los usuarios de las redes sociales.
Su historia de amor es inspiradora
Curtis y Betty Tarpley se hicieron novios en la escuela secundaria de Fort Worth, en Illinois, y después de adultos se encontraron en California y se enamoraron. Se casaron y criaron a los dos hijos que tuvieron, pasaron juntos 53 años de sus valiosas vidas.
Betty, de 80 años, había estado enferma durante algunos días, y el 09 de junio fue llevada al Hospital Metodista Harris Health de Texas. Después de realizarle una prueba se dieron cuenta de que tenía COVID-19, y a los dos días fue ingresado su esposo de 79 años.
Los médicos hicieron todo lo que estuvo a su alcance, pero la condición de Betty empeoró, su cuerpo estaba muy cansado y ya no daba para más. Curtis se encontraba en otra habitación, por fortuna los médicos permitían que los hijos pudieran ver por momentos a ambos progenitores.
“Mi madre me llamó y me dijo:’Oye, solo quiero decirte que estoy lista para irme’, dijo Tim, el triste hijo.
El padre estaba luchando por mantenerse a flote y Tim consideró que debía avisarle sobre la gravedad de su esposa. Pero después que el anciano supo que su amada estaba perdiendo la batalla, su rostro cambió y los hijos creen que estaba haciendo un esfuerzo, pero se dio cuenta de que ya no tenía sentido.
«Cuando le dije a mi padre el estado de mi madre algo cambió. Creo que luchaba porque pensaba que lo necesitaban, pero también estaba cansado y sufriendo», agregó el hijo.
Eran las últimas horas de vida de los esposos, y un enfermero que los hijos no conocían les sugirió que era bueno juntarlos por última vez. Jamás se habían separado mientras estuvieron casados, y estaban seguros de que eso es lo que más hubiesen deseado.
«Era un médico o un enfermero llamado Blake … eso es todo lo que sabíamos sobre él. Realmente hizo todo lo posible para que mi madre fuera trasladada de su habitación. Y luego simplemente colocaron sus manos, una cerca de la otra, y lo siguiente que sabemos es que se tomaron de las manos. Y así se fueron”, explicó el hijo.
Betty dejó de existir 20 minutos después de haberlos juntado, y Curtis murió solo 45 minutos más tarde. Hasta ahora el hijo no sabe cómo se contagiaron sus padres, y él mismo deberá ponerse en cuarentena porque se infectó mientras estuvo con ellos.
Así de despidieron los dos grandes amores, tomados de la mano. Comparte esta enternecedora historia con todas tus amistades.