Cuando una mujer dice ser una mantenida, genera reacciones encontradas en algunas personas, pudieran verla como alguien que se aprovecha del marido, gastando el dinero en ella. Algo similar ocurrió a una popular bloguera, eso la llevó a explicar las vicisitudes que había pasado en su vida.
Gylisa Jayne Evans, una joven madre de 27 años que vive con su hija y su esposo Ryan, es conocida por su blog Rock and Roll Mom.
A principios de año, hizo una declaración que dio mucho de qué hablar en las redes.
“Estoy orgullosa de ser una mujer mantenida”, dijo la mujer.
Los comentarios de los usuarios se desataron, muchos replicaron sobre el tema.
“Todo lo que tiene que ver con una mujer mantenida me cae mal. Hace que suene como si vives de las riquezas de tu marido y gastas todo su dinero en ropa y peluquería, cuando obviamente has decidido que estar en casa con tu hija era lo más importante, y prefieres vivir frugalmente para poder hacer esto”, le corrigió un usuario.
A lo que la aludida se sintió en la obligación de responder desde su punto de vista.
“¡Sí, me hace sonar como un gorrión y que me siento por ahí y no hago nada todo el día, todo lo contrario! Además de mantener una casa en marcha, atendiendo a nuestra hija y todo lo demás, he estado escribiendo un libro también”, dijo la aludida.
Compartió con sus usuarios que su vida no fue siempre fácil como ahora. Contó que un día, Ryan y ella decidieron hacer un cambio.
«Hemos sido miembros de un spa de bienestar en Stratford-upon-Avon y un día estando dentro del jacuzzi Ryan mencionó: ¿por qué no nos vamos?«, comentó la joven.
No estaba conforme con la vida que llevaban, sin decir nada a nadie, tomaron una cobija, pocas prendas de vestir y se fueron desde West Midlands a Cornwall en su Renault Clio para iniciar de cero.
Tres meses vivieron en su auto, dormían sentados porque los asientos no se reclinaban. Se alimentaban con latas de sopa, y dos litros de agua.
Fueron días duros, se aseaban una vez cada mes en Plymouth Life Center. En ocasiones solo usaban toallitas húmedas para limpiarse un poco.
La cosa empeoró cuando se acabó el dinero, conseguir empleo sin tener una dirección que dar, era una odisea, porque vivían en el auto en Torpoint.
Comenzó a escribir un diario, que fue la base para su libro «Ever the Optimist», donde cuenta toda esta historia.
Hubo gente que los ayudó, otros se burlaban. Las cosas mejoraron cuando Ryan consiguió empleo como conductor de suministros, pudieron alquilar un piso.
El tiempo fue pasando, Ryan se hizo constructor autónomo y la pareja se casó.
Ya están estables, viven en una casa en Pennsylvania, cerca de Liskeard. Tienen una hermosa vida junto a su hija Lily de 4 años.
En cuanto al libro, la aceptación ha sido excelente igual que su blog. ¡Qué sigan los éxitos para esta hermosa familia!
Comparte esta interesante historia con todos tus amigos y conocidos. Y atrévete a hacer de tu vida lo que siempre has deseado y no juzguemos la historia de nadie.