El bullying, es uno de los problemas que más nos preocupan hoy en día cuando de adolescentes se trata, ya que se han llegado a conocer casos donde la violencia y los daños psicológicos pueden tener un desenlace fatal.
Por ello, diferentes organizaciones, empresas, artistas y grupos de personas, se dedican a crear conciencia sobre el tema, muchos lo hacen mediante campañas que incluyen charlas, experiencias o ayuda profesional.
Pero, recientemente IKEA ha hecho un experimento que demuestra realmente el daño que pueden hacer las ofensas.
Todos sabemos que el daño psicológico, se puede expresar en la apariencia pero pocas veces lo relacionamos, así que en IKEA decidieron usar plantas controladas con los mismos cuidados, las mismas cantidades de agua, luz solar y fertilizante para dejar en evidencia algo impresionante.
Solo hubo un factor que las diferenciaba y que marcó el resultado del experimento, bajo la premisa de que las plantas sienten igual que los humanos.
Las dos plantas eran exactamente iguales, con las mismas condiciones solo que se le pidió a cientos de personas, en su mayoría niños, que a una de las plantas le hablaran de manera amable y amorosa, mientras que a la otra debían decirle cosas hostiles y tratarla con desprecio.
El resultado y el efecto que esto ocasionaba fue imposible de ocultar.
Al principio ambas lucían exactamente igual, pero conforme fueron pasando los días se comenzaron a notar evidencias de la influencia del trato que recibían. La planta que recibía elogios se notaba reluciente, sus hojas parecían querer exhibirse, mientras que la plantita que solo recibió insultos comenzó a marchitarse.
Ya las personas y jóvenes que eran parte del experimento podían notar el daño que estaban causando.
Después de 30 días, las plantas tenían apariencias completamente diferentes, mientras que la primera planta se mostraba sana y reluciente, la segunda estaba completamente decaída y con hojas color café.
Parecía estar luchando por continuar pero cada vez le costaba más.
Lo mismo que ocurrió con estas plantas, ocurre con las personas, aquellas que reciben buenos tratos y palabras de aliento proyectan bienestar, mientras que las que siempre son menospreciadas se proyectan frágiles y con un futuro incierto.
En nuestras manos está darles un poco de luz a aquellas personas en las que nadie ha tenido fe y parar el bullying, ya que el daño psicológico y emocional puede ser irreversible.
No dejes de compartir este increíble experimento, repetirlo en colegios y comunidades puede cambiar la forma de pensar de muchos.