Nuestro cumpleaños es un día para celebrar, pero incluso deben existir límites cuando se trata de festejar. A veces, dejarse llevar por la emoción o por la euforia, nos puede conducir a una grave imprudencia, que puede tener consecuencias muy graves.
Fayaz Ali Memon es un joven que jamás olvidará su cumpleaños número 21. Se encontraba celebrando entre amigos en condiciones bastante singulares cuando se les ocurrió encender la vela del pastel.
“La vela” en cuestión, no era más que un cartucho enorme, que al ser encendido, arrojaba una gran cantidad de chispas. Parecía ser absolutamente inofensivo y esto hizo que Fayaz Ali se acercara sin problemas al pastel.
Todo parecía bastante normal, hasta que los amigos de Fayaz decidieron bañarlo con algo de espuma. Esta sustancia de por sí es inocua, y se usa mucho en fiestas, pero lo que nunca imaginaron estos sujetos es que la combinación del líquido con el fuego, no era precisamente la más aconsejable.