La vida de un perrito parecía estar sentenciada al peor de los destinos tras quedar atrapado en una isla desierta pero como un verdadero milagro, un ángel apareció en el camino para rescatarlo.
Se trataba del fotógrafo estadounidense Wesley White que durante un viaje de trabajo divisó al animalito desde las profundidades del mar y no dudó un segundo en dirigirse hasta el lugar para inspeccionar de que se trataba.
La historia de este perrito ha dejado a todos con el corazón destrozado.
El peludito estaba bastante demacrado, con toda su piel adherida a sus costillas y además con quemaduras provocadas por el sol.
El hecho ocurrió en Tatch Caye, una isla de Belice (América Central), mientras que Wesley se encontraba en un viaje de trabajo, fotografiando la vida silvestre del lugar.
Pero no solo esta clase de animales fueron capturados por sus ojos, pues un buen día mientras el hombre practicaba kayak se percató de algo que se movía en una isla desierta, cerca de unas antiguas cabañas para pescar.
White llegó a la isla e inspeccionó el lugar pero descubrió que el perrito estaba completamente solo. Por eso no lo pensó dos veces y tomó a la criatura con ayuda de una toalla para llevarlo a bordo hasta la civilización.
“Por el rabillo del ojo, vi que meneaba la cola. Mi corazón explotó fuera de mi pecho. Estaba esperando a que apareciera un humano”, dijo Wesley.
El perrito estaba muy débil y no podía aguantar más tiempo allí, así que lo primero que hizo White fue buscarle atención médica.
Un veterinario del Hospital de Animales Stann Creek, cerca de Dangriga, en Belice, chequeó al animal para corroborar lo fuerte que era al sobrevivir bajo esas condiciones.
Además de su notable desnutrición, los ácaros y sus problemas por parásitos estomacales, el perrito no tenía ningún problema grave de salud.
White siguió cuidando de él los días posteriores al rescate pero un problema inesperado lo llevó a viajar de emergencia a los Estados Unidos sin poder llevárselo.
El hombre lo bautizó como Wiston y le prometió que volvería por él.
Durante el tiempo en que el fotógrafo estuvo en Montana, una mujer bastante generosa estuvo al cuidado del perrito.
Dos meses después de haber sido rescatado el can había pasado de pesar solo 5 a 21,5kl y todo era gracias al cuidado de las personas que estuvieron a su alrededor.