«Si todas las iglesias de nuestro país adoptasen tan solo un perrito y lo cuidasen como a Fray Bigotón, estamos seguros que los feligreses seguirían su ejemplo», escribió en su página de Facebook.
“Gracias, ustedes son un ejemplo digno de compartir”.
El haberle colocado el hábito tuvo un efecto impactante que no habían imaginado. Todo comenzó cuando el franciscano Kasper compartió a finales de febrero del año pasado en su perfil de Facebook la serie de fotografías presentando al nuevo integrante de la congregación en un cautivador álbum llamado Fray Carmelo, en las que este encantador cachorro aparece posando tranquilamente usando una sotana café similar a la que tienen los frailes, y que parece llevar sin problemas haciéndolo ver muy “religioso”, mostrando cómo es la vida en el convento junto a este fiel amigo.
En todos los conventos franciscanos está permitido tener algún animal de compañía, el caso es que este perrito se convirtió en la alegría de los religiosos, tanto así, que surgió la idea de inscribirlo en el corso de mascotas junto a otros canes de su misma raza, por lo que a uno de los monjes se le ocurrió tomar el hábito de uno de los títeres que usan para animar las catequesis, para ese momento le ajustó muy bien.
La página de Facebook «Schnauzer del Continente Americano», en la que buscan unir a la comunidad amante de los perros, en especial a los dueños de canes de esta raza, sacó un post haciendo referencia al tema desatando una expansión de ternura.
Sus fotografías han sido compartidas más de dieciocho mil veces, tienen más de dieciséis mil reacciones, cautivando a todo aquel que las ha visto.
También captó la atención de diferentes medios nacionales y de otros países, incluso ha salido en programas de televisión, que han difundido la noticia.
Queda claro que la vocación de este perrito es seguir ayudando con su mensaje a que otros sean puedan ser adoptados y reciban el afecto que merecen,como le sucedió a él.
Fray Carmelo, de alguna manera forma parte de una iniciativa denominada “Franciskanitos”, una organización sin fines de lucro enfocada en las mascotas abandonadas y en situación de vulnerabilidad. El propio Fray Fernando, también integrante de la comunidad, se encargó de hacer un llamado a conocer mejor este proyecto.
Aquí lo vemos con un amigo muy dulce: Fray Panchito.
El amor de los frailes franciscanos por toda criatura viviente, en especial los animales, se remonta a su fundador San Francisco de Asís. Fue precisamente por ese inmenso amor que San Francisco profesaba a la fauna que en 1929, la Organización Mundial de Protección Animal, resolvió declarar el 4 de octubre Día Mundial de los Animales, en coincidencia con la festividad del santo, patrono de todos los animales, veterinarios y ecologistas.
Los frailes franciscanos tienen una vida de oración y servicio a la iglesia y al mundo siguiendo el modelo de su fundador, San Francisco de Asís, ahora en su itinerario de actividades diarias pueden agregar jugar con Fray Carmelo.
“El perro como fiel amigo del hombre siempre está atento a todo”, comenta para un medio local otro de los frailes encargados de convivir con Fray Carmelo.
Se ha adaptado a la vida santa, no podría ser más feliz rodeado de fuentes, jardines y personas que le quieren y cuidan.
Incluso Fray Carmelo tiene su lista de labores, además de recibir a las visitas.
“Su vida se resume en jugar y correr, aquí todos los hermanos le queremos mucho. Es una criatura de Dios. Tiene todo el espacio que pueda desear para andar libremente”, cuenta fray Jorge Fernández.
Como todo buen Schnauzer, es amigable e inteligente, pero además es inquieto, travieso y se divierte a sus anchas en el convento. Los hermanos recogen algunas cosas, ya saben quién ha tenido el trabajo de sacarlas.
Tiene un lugar especial para dormir y un espacio propio para desayunar en la sala con los 18 hermanos que viven en el convento, a quienes acompaña en diferentes actividades al aire libre.
Fray Carmelo no tiene permitido entrar a los cuartos de oración, cuando está solo le gusta ir a la habitación de carpintería para jugar con algunas maderas.
“A veces, se puede encontrar al hermano predicando a los peces”, escribe Kasper para su álbum de Facebook en la imagen donde Fray Bigotón mira atentamente una fuente con peces Koi.
«El hábito conlleva un mensaje simbólico, «Se quiere transmitir el respeto a la vida, a la naturaleza, a los animales. Dios ha creado todo esto y merece su debido respeto, amor y cuidado», manifestó Jorge Fernández.
Es una forma de reflejar el amor por los animales de su fundador San Francisco de Asís, quienes trataba como sus amigos, al igual que lo hacen los religiosos.
Mientras las personas quedaron fascinadas con Fray Bigotón, hubo quien criticó a los religiosos por haberlo vestido con el hábito, al considerar que es una falta de respeto.
«No se ha querido dañar la integridad de nadie y pedimos disculpas si es que alguien se ha sentido ofendido con esta situación, pero siempre hubo una intención sana», dijo Jorge Fernández.
No queda duda que tiene un hogar en el que está bien cuidado y querido, es el resultado de una iniciativa que muchas personas deberían de promover, descartando la compra de mascotas.
Huffingtonpost / Facebook
Esperamos te haya gustado su historia y te animes a compartirla, ojalá que todos los perros logren tener un hogar y el amor que merecen.