Nicole Caperilla pasó casi toda su vida sufriendo de obesidad. Cuando quedó embarazada subió mucho más peso del que había imaginado y luego no pudo recuperarse. Desde entonces, su talla fue aumentando cada vez más y cuando cumplió 29 años comenzó a darse cuenta de que las cosas estaban llegando demasiado lejos.
Nicole vive en Connecticut, Estados Unidos.
Se observó en las fotografías que habían tomado algunos de sus amigos y sintió que simplemente ya no se reconocía. En enero del 2017 decidió enfrentar la balanza y el resultado la dejó en shock. Estaba pesando 120 kilos. Era hora de tomar medidas y comenzar a luchar por su salud.
“Pasé años sin tomar buenas decisiones. Comía muchas hamburguesas, pizzas y comida chatarra de la calle. Todo era demasiado alto en carbohidratos”.
Comenzó a buscar ayuda con un especialista y decidió realizarse una cirugía de pérdida de peso conocida como gastrectomía vertical. Los médicos eliminaron una parte de su estómago para ayudarla a restringir la cantidad de comida que ingería. Sin embargo, esto era apenas el comienzo.
Nicole llegó a necesitar una talla 20 de vestido.
Dos semanas después de la operación, Nicole comenzó a entrenar. Con mucha dedicación se aseguró de hacer ejercicio al menos 5 veces a la semana y comenzó una dieta en donde la comida chatarra que solía comer no tenía cabida. La prioridad fueron las carnes magras como el pollo y los vegetales.
Se trató de un cambio drástico en su vida, pero estaba determinada a volverse una persona saludable.
“Recibí comentarios muy duros de personas que eran muy cercanas a mí. Eran amigos de toda mi vida”.
Ahora, dos años después, Nicole se encuentra celebrando los resultados. Bajó un total de 55 kilos, casi la mitad de su peso; y luce verdaderamente irreconocible.
A lo largo de este duro proceso ha recibido el apoyo incondicional de su esposo, Charlie, y de algunos de sus amigos. Sin embargo, hubo muchas amistades que sólo se concentraron en decirle que lo estaba haciendo mal y que ahora lucía demasiado delgada.
“Hacían bromas que resultaba muy hirientes. Me juzgaban y me decía que yo lucía mal. Eran muy negativos”.
Por suerte, Nicole sabía que había trabajado demasiado duro y que se encontraba en el mejor momento de su vida. Ahora se sentía mejor consigo misma e incluso alcanzó la talla 4 de vestido. Comprendió que lo mejor era sacar de su vida esas “amistades” que sólo traían negatividad a lo que era un importante cambio saludable.
¿Qué opinas del nuevo look de Nicole? Comparte su asombrosa jornada para apoyar a tantos otros que pueden encontrarse en la misma situación.