Edyta Mordel, de 33 años, originaria de Polonia, demandó al centro de salud donde fue atendida durante su embarazo porque nunca le advirtieron que nacería con Síndrome de Down.
Alegó que en caso de haber sabido su diagnóstico habría interrumpido su embarazo porque no quería que su hijo tuviera que sufrir por su discapacidad.
Su caso generó una gran polémica, ella emprendió acciones judiciales contra el centro de salud porque no la sometieron a las pruebas neonatales que podrían haber comprobado el diagnóstico de su hijo.
La corte sentenció a su favor y ganó la demanda. Recibirá una compensación por no haberle hecho estudios durante la gestación.
Edyta se dedica a cuidar a su hijo Aleksander, de cuatro años, sin embargo, insistió ante la Corte Suprema de Londres que si hubiera sabido que nacería con esa condición sin dudarlo no permitía que el embarazo llegara a feliz término.
La madre del bebé reitera que pidió que se le hicieran estudios en el embarazo, en una exploración a las 12 semanas, creía que la prueba para detectar el Síndrome de Down se había realizado.
Pero no fue así. Los abogados del centro de salud aseguraron que a la paciente le ofrecieron las pruebas, pero ella no firmó su consentimiento, ahora lamentan la medida que tomó después del nacimiento del bebé.
“Hablé con la matrona sobre la detección del Síndrome de Down, me informé, vi vídeos, sabía que estaría de acuerdo con detectarlo e interrumpir el embarazo en caso de que fuera positivo”.
Aleksander nació en el Royal Berkshire Hospital en 2015.
El juez falló contra ese centro hospitalario, obligándolo a indemnizar a la señora Mordel con 222.000 euros.
Los abogados de la madre alegan que la indemnización debería subir, porque ella usaría parte del dinero para cubrir los gastos de la crianza de un niño con discapacidad. La demanda precedió por el aumento de los costos del cuidado de Aleksander, y el impacto negativo para su vida laboral.
Su caso se conoce en términos jurídicos como “nacimiento injusto”, se han registrado otros, exactamente 16 el año pasado, en los que los padres afirman que las evaluaciones prenatales no les hicieron saber que sus hijos nacerían con discapacidad.
Clodagh Bradley, abogada de Edyta, aseguró que un estudio habría revelado el alto riesgo de que el bebé naciera con Síndrome de Down y otros habrían confirmado el diagnóstico.
De ser así, Edyta y su esposo Lukasz Cieciura, habrían decidido no continuar con el embarazo.
Cuando nació el bebé ella estaba muy molesta por su condición.
“Conocí a alguien del trabajo con Síndrome de Down, vi lo difícil que es su vida y no habría continuado con mi embarazo. No hubiera querido a un hijo discapacitado y no hubiera querido que mi hijo sufriera como sufren las personas con discapacidad. No quisiera haber traído al mundo a un hijo así”, dijo la madre.
El sistema de informes de ecografías del hospital grabó la evaluación de la paciente comprobando que rechazó la realización de la prueba para detectar el Síndrome de Down.
Pero no existe un consentimiento escrito de la madre autorizando a seguir adelante sin esta prueba.
Edyta, argumentó presentar dificultades para comprender el idioma inglés, el segundo que usa, para comunicarse en el momento en el que le preguntaron sobre ese estudio. Creyó que se había realizado y que descartaron que su bebé padecía Síndrome de Down.
La sentencia del juez ha generado un acalorado debate. Él aclaró enfáticamente:
“Nada de lo que he dicho en este juicio debe interpretarse como una sugerencia de que el nacimiento de un niño con Síndrome de Down debe considerarse inoportuno.
Algunos padres tienen objeciones éticas absolutas a la interrupción del embarazo y para ellos la decisión en este punto es radical. Otros padres sí aceptan la posibilidad de tener un bebé con Síndrome de Down o alguna discapacidad”, resaltó el magistrado.
Comentó que el estado no expresa juicios sobre este diagnóstico, pero el centro de salud se ve en la obligación de ofrecerle estas pruebas a todas las madres para que ejerzan su derecho a decidir la terminación médica en caso de recibir algún diagnóstico.
“Estos deseos y decisiones deben ser respetados sin emitir comentarios”, dijo el juez.
No te vayas sin compartir esta sentencia y comentar qué opinas sobre el comportamiento de esta joven madre.