Algunos pocos bebés nacen con una malformación conocida como espina bífida: una condición que impide el desarrollo de la protección ósea de la médula espinal. Georgia Axford y su esposo Tyler Kelly estaban esperando con ansias el momento de convertirse en padres y cuando uno de los exámenes médicos les reveló que algo podía estar mal con su pequeña comenzaron a temer lo peor.
Según las estadísticas 24 de cada 100.000 recién nacidos presentan espina bífida.
La ecografía de la semana 20 de embarazo hizo que los médicos notaran que la pequeña Piper nacería con espina bífida. Los médicos le explicaron todo a sus padres y les ofrecieron la posibilidad de operarla allí mismo, sólo que la cirugía estaría a cargo de un médico muy preparado pero que no había realizado la operación nunca antes.
La pareja vive en la localidad de Yate al suroeste de Inglaterra.
Para Georgia y Tyler la salud de su bebé es lo más importante; así que decidieron pedir un préstamo en el banco para poder viajar a Alemania y poder realizar la operación con un cirujano que se especializa en este tipo de casos.
En total la operación tuvo un costo superior a los 10 mil dólares
El doctor Thomas Kohl no dudó un segundo en ayudar a los nerviosos padres y estuvo de acuerdo en que la futura bebé tendría mejor calidad de vida si realizaban la operación mientras todavía se encontraba en el vientre de su madre.
“Me dio un poco de miedo y además costó mucho dinero, pero valió completamente la pena”.
Kohl realizó la complicada operación con la ayuda de un fetoscopio, un pequeño telescopio que se inserta en el vientre de la madre y que además cuenta con dos instrumentos y una pequeña cámara con la que el médico puede obtener mejor vista de lo que está realizando. Un par de semanas después nació la pequeña Piper-Kohl Kelly con apenas 30 semanas de gestación.
“Era muy pequeña. Se podía ver la marca en su columna y me hizo pensar la increíble operación a la que fue sometida”.
Los bebés que nacen con espina bífida suelen sufrir mucha debilidad o de parálisis en las piernas haciendo que sean sumamente dependientes de otras personas el resto de su vida o hasta lleguen a necesitar sillas de ruedas. Muchos médicos prefieren operar a los bebés poco después del nacimiento, pero esto no anula por completo las probabilidades de que sufran alguna discapacidad.
«Le recomiendo la operación a cualquiera que se encuentre en una situación similar a la nuestra»
La pequeña Piper logró sobrevivir a una complicada operación y gracias al enorme trabajo del doctor Kohl podrá tener mucha mejor calidad de vida de lo esperado. Todavía es necesario esperar que crezca para ver si la operación fue un completo éxito, pero sus padres se encuentran sumamente optimistas.
“No sabremos si funcionó hasta que ella comience a caminar, pero todo luce bien por los momentos. En un par de meses podrá comenzar a sentarse y esos serán los primeros indicios”.