Audrey Arnold es una niña de 15 años que asiste al colegio cada día como cualquier adolescente de su edad, pero durante el trayecto hacía una pausa para conversar con un anciano de 94 años.
Cuando Gina, madre de la menor, se percató de la situación se sintió alarmada y preocupada por los riesgos que esto pudiera representar, así que decidió indagar.
Todo comenzó cuando la adolescente se molestó porque su madre no la dejó en la calle antes de llegar al colegio porque debía hablar con el anciano. Gina le preguntó de quién se trataba, y Audrey le explicó que era conocido por los alumnos como el Sr. Knuckles, quien se detenía en los escalones que están antes de la entrada del centro educativo animando a todos los alumnos antes de que ingresen.
El anciano, llamado Wally Richardon ha estado durante una década en la entrada del colegio Marina Village en El Dorado Hills, California con el propósito de saludar a los alumnos, ofrecerles sus consejos y animarlos antes de empezar la jornada.
Cada mañana se dirige al lugar y saluda a todos con amabilidad con un gesto que llama “Wally-ismos”, el anciano es veterano de guerra, sirvió a la marina de Estados Unidos durante la segunda Guerra Mundial.
Además, fue piloto de combate en la Guerra de Corea, y trabajó para United Airlines hasta jubilarse. Pero a pesar de su edad no deja de servir a su nación, ahora lo hace aportando sus consejos a los más jóvenes.
Esa es su manera de aportar su granito de arena para fortalecer los valores en la sociedad, en la puerta de esa escuela secundaria se ha convertido en un personaje admirado por todos que ofrece los mejores consejos y conocimientos de la historia de su país.
Las enseñanzas que los niños reciben de este anciano no las encontrarán en ningún libro de texto y prevalecerán por siempre en sus recuerdos, porque desde su ejemplo y sabiduría les da herramientas que usarán en su vida adulta para ser ciudadanos de bien y lograr sus sueños.
Él les recuerda a los niños que sean siempre amables, promueve el respeto y la tolerancia.
Cuando Gina quiso conocer más sobre el misterioso anciano lo encontró de pie entre una multitud de jóvenes estudiantes que se mostraban complacidos de conversar con él.
Ella decidió registrar el momento con su dispositivo móvil y publicarlo en sus redes sociales con un mensaje dedicado al anciano.
“Este es exactamente el tipo de amor y apoyo que necesitan nuestros estudiantes de secundaria. Este hombre está en la entrada de la escuela cada día y les regala ánimo y consejos a todos los alumnos que se le acercan”, escribió Gina.
Los profesores del colegio están realmente agradecidos por la labor del señor Wally, como un homenaje le hicieron un mural en una pared de la institución en el que escribieron las frases más emblemáticas de sus consejos. “Saber lo que es correcto no significa mucho a menos que hagas lo que es correcto”, es una de ellas.
Cheryl Olson, el director de la escuela dijo al respecto: “Se necesita un adulto importante en la vida de un niño, algunos pueden impactar para siempre y Wally es ese adulto para los alumnos”.
Este anciano es un ejemplo para el mundo, sin importar la condición ni las adversidades, ni la edad, se puede ser un agente de cambio y ofrecer un aporte a la sociedad.
La labor del señor Wally es trascendental, está contribuyendo a la formación de las nuevas generaciones, su esposa lo acompañaba a la entrada de la escuela, pero dejó de ir por sus dificultades para caminar. A pesar de eso, él se negó a abandonar su misión.
La sabiduría de las personas mayores no tiene precio, hay que reconocer su valor y aprender a escucharlas más. Comparte el gesto de este anciano que ha conmovido a muchas personas.