Ante las alarmantes estadísticas de los embarazos precoces han surgido muchas campañas de prevención para disminuir el riesgo de las adolescentes que se convierten en madres y el de sus hijos promoviendo la planificación familiar y la educación sexual.
Por esa razón una madre de Australia no dudó en sospechar de su hija al notar un repentino bulto que crecía en su vientre. Sin pensarlo, Angela Ienco llevó a su hija Giovanna Marama Ienco con un especialista por sospecha de un supuesto embarazo, sin imaginar que la joven tenía un tumor que le arrebataría la vida.
En el 2012, Angela Ienco se enfureció por las insinuaciones que le hizo el entrenador de netball de Giovanna. Para este hombre, la joven de 15 años podía estar en estado y se lo insinuó a la madre, señalando la barriga inflamada de la joven.
A pesar del enojo, Angela decidió llevar a su hija a un chequeo y se sorprendió al descubrir que su vientre inflamado se debía a un tumor ovárico.
Giovana fue intervenida quirúrgicamente para extraerle el tumor de 10 kilos y, tras la operación, fue diagnosticada con cáncer. Siete años después de lo sucedido, la madre no puede dejar de cuestionarse ante su imposibilidad de detectar ciertos síntomas y ha escrito una desgarradora carta a su hija Giovanna.
Carta a Giovanna Ienco:
Querida Giovanna,
“Mi dulce y burbujeante niña. Una típica adolescente, tu cabello tenía que estar siempre perfecto.
En el mes de mayo, estaba esperando a que terminaras el entrenamiento de netball cuando llegó tu entrenador.
-‘¿Está embarazada Giovanna?#8217; -Preguntó con torpeza.
-‘¿Qué demonios?, ¡Ella es sólo una niña!’ Fumé interiormente.
Sin embargo, al verte en la cancha, tu barriga sobresalía notablemente debajo de tu parte superior. Siempre habías tenido una pequeña barriga. Pero también estabas tan cansada. Decías que eran las tareas de la escuela.
Tú eras mi mundo, Giovanna. ¿Cómo podría no haberme dado cuenta?
-‘Querida, ¿mamá puede sentir tu vientre?#8217;, Te pregunté suavemente esa noche.
Al poner mis manos sobre tu estómago, se sentía como un golpe de bebé de cinco meses y era duro como una roca. ¿De verdad podrías estar embarazada? Me inquieté, imaginando lo peor. Estabas molesta y no quería abrumarte. -‘Iremos al médico mañana’, y me tranquilicé.
La carta continúa con los relatos de la madre sobre la visita al doctor
De visita al doctor
-‘Todo estará bien’, te dije, sin darle importancia.
Un especialista dijo que parecía un quiste. Aún así, se realizaron pruebas para estar seguros. Cuando estaba cocinando la cena unas noches después, un médico me llamó.
-‘Te necesitamos de vuelta aquí a las 9:00 am’, dijo. Mi corazón se hundió. En el hospital, ingresaron a la sala de operaciones donde te extirparon un tumor de 10 kilos y uno de tus ovarios.
Después, fue como si hubieras entregado un bebé. Una cicatriz como una cesárea corría a lo largo de tu hueso pélvico y tu estómago estaba plano. ¡Te sorprendiste con tu cuerpo, Giovanna! Estábamos felices cuando nos permitieron llevarte a casa una semana después. Aunque esto fuera por poco tiempo. Dos días después, te diagnosticaron cáncer de ovario.
-‘Seis rondas de quimio y volverás a jugar netball’, dijo tu oncólogo.
Cumpliste 15 años unas semanas después, mi preciosa niña. Ese mismo día, tuviste tu primera ronda de quimio. Quince días después, te organizamos una fiesta de cumpleaños con todos tus amigos. Estabas tan débil pero alentada, y con tu pequeño vestido negro te veías hermosa.
-‘¡Esa fue la mejor noche de mi vida!’. Exclamaste.
Semanas después de la fiesta, el vientre de Giovanna comenzó a crecer nuevamente y debió someterse a una segunda ronda de quimioterapias que demoró dos semanas. A pesar de los esfuerzos, los órganos de Giovanna se habían complicado y sólo le quedaban días de vida.
Durante el tiempo restante, a la joven se le suministraron sedantes para calmar sus dolores. Giovanna Ienco sólo tuvo tres meses de vida después de recibir ese primer diagnóstico. Los síntomas de un supuesto embarazo realmente eran causados por un cáncer que le cegó la vida. Ahora, su madre ha recaudado más de 50,000 dólares para promover investigaciones sobre el cáncer de ovario.
Angela considera que su pequeña le fue arrebatada demasiado pronto y desea que su historia se conozca para evitarles el dolor a otras familias. Por favor comparte esta nota y ayuda a crear consciencia sobre este cáncer.