Todo lo que somos se lo debemos a nuestros padres. Ellos nos han traído al mundo y la mayoría se han dedicado a enseñarnos cómo es la vida, a cuidarnos, protegernosy darnos el sustento, no solo para el cuerpo, sino para el alma de cada día.
En muchas ocasiones, creemos merecer todo lo que nos brindan y no valoramos todo cuanto hacen por nosotros. Por eso, la siguiente historia será el vehículo para transmitir a todos los hijos, un hermoso ejemplo de agradecimiento de un hijo hacia un padre.
El sucesor de Samuel Jiménez no pudo resultar otra cosa más que un buen hombre y un mejor heredero de su entereza, porque como dicen: “se cosecha lo que se siembra”, definitivamente, “hijo de gato, caza ratón”.
Y es que, hoy en día este joven es ingeniero gracias al sacrificio de Saúl, quien durante toda su carrera siempre estuvo para apoyarlo,tal como solo un abnegado padre lo haría. Siendo una familia de bajos recursos y sin más entrada de dinero que la venta informal de galletas, este padre utilizó todas las ganancias para pagar los estudios de su mayor felicidad: su hijo.
Por eso, ahora que el joven se convirtió en un brillante profesional,decidió honrar a su padre querido regalándole el título universitario, como un símbolo indeleble de infinita gratitud.
“Aquí les traigo a mi viejo Samuel Jiménez, que vendiendo galletas en la calle me hizo ingeniero electromecánico graduado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo”, dijo el joven durante el vídeo que publicó en redes sociales.
Este chico realmente siente orgullo por su padre y solo desea retribuirle, de alguna manera, todo su empeño en hacer de él un hombre honesto y respetable, a su clara imagen y semejanza.
Ahora,ya adulto,sabe que ha llegado el momento, sabe que le toca el turno de apoyar a su viejo en el ocaso de su vida, y su intención es que su padre no tenga que vender una sola galleta más en la calle, sino que él, como ingeniero,se pueda hacer cargo detodos en su familia.
“Con tanto esfuerzo vendiendo galletas en la calle, mírenlo ahí, aún sigue y la meta es que no siga en eso ya. Esfuerzo que vale la pena, que vale mucho (…) Costó mucho, pero se logró el objetivo”, expresó el orgulloso hijo.
Por otro lado, el héroe primordial de esta historia, Saúl, asegura que su vida finalmente cobró su mayor sentido al ver a su hijo como todo un flamante ingeniero de la República, y que su esfuerzo y sacrificio bien valió la pena.
El viejo está absolutamente emocionado por el logro de su heredero, que es el suyo propio.
Este vídeo, donde se le ve a Saúl con el título de su hijo en las manos fue grabado el 25 de febrero de 2020, en la capital de República Dominicana, en el seno de una familia humilde, pero de corazón enorme, que demuestra que no existen barreras cuando de amor por los hijos se trata, y que todos los sueños son realizables, si se lucha por ellos sin descanso.
Comparte esta bellísima historia de entrega y de amor filial, y a pesar de los inconvenientes que hayamos tenido con nuestros padres, seamos agradecidos, porque en esos momentos cuando nada parece tener solución, ellos son los únicos que permanecen allí, amparándonos.