Las grandes olas de delincuencia desatadas en diversos países parecen dejarnos más sorprendidos cada día, debido al modo y los lugares en los que operan estos bandidos. Frente a esta lamentable realidad, los ciudadanos parecen no estar seguros en ningún lugar.
Un reciente vídeo que se ha hecho viral en las redes sociales ha dejado esto en evidencia, al registrar cómo un hombre se aprovecha del descuido de una mujer dentro de una iglesia para robarle su teléfono.
Los hechos ocurrieron el pasado martes 13 de agosto en horas de la mañana.
La dama concentrada se postra en el reclinatorio para orar fervientemente, mientras que el bandido hace de las suyas y se inclina en el reclinatorio de banco trasero pero con una intención muy diferente a la de orar por una noble causa.
El adulto de unos 60 años que vestía un abrigo azul, se hace pasar por un devoto y con suspicacia se acerca a la cartera de la mujer y extrae su teléfono.
El robo sucede en cuestión de segundo pues el habilidoso malhechor, apenas tiene la mercancía en su poder, se sienta en el banco e introduce el teléfono en su pantalón, por el área de la entrepierna.
En la imagen se observa la presencia de una tercera persona que está ubicada bancos detrás del hombre. Sin embargo, esta no se percata de lo que sucede. Concentrada en su oración, reclinada y con camándula en mano, la mujer no nota el robo que sucede frente a sus narices.
Aprovechándose de un templo casi vacío y con la mercancía en su poder, el hombre se levanta y ¡sin perdón de Dios! Camina hasta una imagen simulando despedirse, o pidiendo protección, y llega al punto de persignarse.
El descaro de este malhechor ha encendido las redes sociales. El hombre no sólo profana la casa de Dios y comete un delito frente a el Señor, sino que tiene el atrevimiento de hacerse la cruz en señal de “buen cristiano”.
Todo el evento quedó registrado por la cámara de seguridad del templo y se divulgó por las redes sociales, después de que un medio local informara sobre el robo.
Según se dio a conocer, el hecho ocurrió en La Iglesia San Antonio María Claret, ubicada en el Barrio La Urdesa en Guayaquil, Ecuador.
Ninguna de las damas presentes en la capilla notan lo que había ocurrido y seguramente la víctima, hasta ahora anónima, se percató de la perdida mucho después.
Sin embargo, la publicación de este vídeo sirve de alerta a la feligresía, de modo que aún en la casa de Dios mantengan la vista puesta a sus pertenencias y eviten ser víctimas de bandidos como este.
Comparte esta nota y alerta sobre este tipo de hurtos. No permitamos que estos malhechores sigan sumando víctimas a su lista. Si eres testigo de una situación como esa ¡denuncia!