Ya es tiempo de dejar los juegos y los escapes hacia mil aventuras que ofrecen los fines de semana a los niños y regresar a clases.
En todo el mundo, millones de jóvenes estudiantes vuelven a las aulas cada lunes donde se reencontrarán con sus compañeros para comparar las historias se su «finde».
Sin embargo, no todos son tan entusiastas ya que, en Perú, uno de esos tantos niños también va al colegio: el problema es que el señor, tiene sueño.
Prefiere quedarse en casa y ver sus caricaturas, jugar con sus muñecos y con su helicóptero a control remoto. Está cansado, y al fin y al cabo sabe muchas cosas: tiene más de cuatro añotes, sabe contar del uno al cincuenta y cuatro y hasta sabe que, si sumas un vídeo juego y otro vídeo juego, el resultado son dos vídeo juegos. Así pues, ¿por qué debería ir al colegio?
Tomado fuertemente del cabezal de la cama, como si le fueran a llevar al cadalso, este niño se niega rotundamente y por todos los medios a abandonar su rica camita para ir a ver números y escuchar oŕdenes de la maestra, así que su madre, al no poder despegarlo de su aposento ni con pala, ideó un plan que le vino como anillo al dedo para llevarlo a la escuela, mientras el pequeño se toma un “descansito” creyendo que se ha salido con la suya.
“Vas a ir, porque vas a ir…”, sentenció la paciente pero decidida mamá.
Simplemente, la madre le vistió aún dormido, lo alzó en brazos, lo depositó como un saco de patatas con sueño sobre su mochila de rueditas, y comenzó a arrastrarlo literalmente por la calle camino al colegio.
La graciosa escena fue captada en vídeo por un divertido transeúnte, que aprovechó para colgarlo en las redes sociales y hacerlo viral en todo el mundo.
“Definitivamente madre hay una sola, pero esta vale por tres”, dijo entre risas el autor de la grabación.
La vida de un niño es cansadísima, nunca paran de moverse, saltar, jugar y explorar el mundo a su alrededor, por eso, te apuesto a que todos, incluso tú, mi apreciado lector, hemos tenido problemas de ese tipo alguna vez durante la época de la tan temida para algunos “primaria”.
Por eso, ¿quién no se identifica con este pequeño rey de la flojera matutina? Los niños, siempre serán niños y esta madre logró con amor y astucia llevar a cabo su cometido y su promesa: el niño llegó a la escuela y “fue, porque fue…”
Los niños son lo mejor de nuestras vidas, pero de vez en cuando se radicalizan, “se plantan” en una actitud que nos desconcierta y nos puede sacar de quicio pero, afortunadamente hoy las cosas han cambiado y, en mi opinión, hemos corregido los excesos, los gritos y las amenazas de antaño.
Los hijos representan el corazón de sus padres y por decirlo coloquialmente “se nos cae la baba” cada vez que los vemos.
Precisamente, sobre este sustrato de amor es que deberían comenzar a crecer todos los niños y aprender sobre el mundo, sobre sí mismos y sobre los demás.
Vimos cómo esta madre peruana hace honor a los nuevos tiempos y antepone el respeto y el reconocimiento de los derechos de su hijo a tener una educación no violenta. ¡Bravo por esta súper mamá!
Comparte esta tierna y divertida historia con tus familiares y amigos y si tu hijo no quiere ir al colegio ¡ingéniatelas!, pero no dejes que se salga con la suya.