La retahíla de noticias relacionadas con la corrupción, que los medios de comunicación difunden, día sí, día también, nos ha llevado hasta el hartazgo. Pero, por otra parte, también nos ha hecho entender la enorme necesidad que tenemos de educar a nuestros hijos en la honestidad.
En Tamaulipas, México, sucedió un evento que se volvió viral en las redes, a través de su publicación. En las imágenes se muestra a un camión de naranjas volcado y a un grupo de personas aprovechando la carga perdida. Pero, de en medio de la rapiña emergió un niño con unas monedas para pagar por ellas.
El pequeño decidió acercarse al lugar con los diez pesos mexicanos en su mano, no para robar, como hacían todos en ese momento, dando un ejemplo de honestidad y, obviamente, de buena formación por parte de su familia.
¿Eres una persona honesta? ¿Consideras que has enseñado a tus hijos a hacer el bien y ser honestos? Pues, tal parece que este niño sí que tiene una base firme y muy notable. A pesar de que la gente le decía: “llévatelas, no te las van a vender”, el menor insistía en pagar por la mercancía.
“‘Dile lo que le dijiste al muchacho’, se escucha a un hombre decirle al niño. ‘Diez pesos de naranjas’, respondió el pequeño.
Luego, se puede oír a otro hombre decirle al menor: “llévate diez naranjas, mi’jo, llévatelas”; feliz, por la honradez de esta criatura, que le compraba sus naranjas. Este precoz y decente caballerito se quedó parado allí, al lado de sus padres, sin tomar gratis ni una sola fruta.
Además, el menor dijo no entender para qué robarse el esfuerzo y el trabajo que, con tanto sudor se ganaron otras personas. El volcamiento del camión de naranjas ocurrió específicamente en una carretera cercana a Ciudad Victoria, sobre la carretera Rumbo Nuevo a Ciudad Mante.
“Así debe de ser, hombre, para qué robar el esfuerzo de otras personas», concluyó el hombre que filmó aquella escena.
Hasta la fecha, el vídeo publicado el pasado 17 de junio ya cuenta con cientos de miles de comentarios positivos por parte de gente admirada con este niño tan pequeño en edad, pero tan sabio y educado en los buenos y más altos principios y valores del ser humano.
En verdad, nos dio una lección de honestidad, pero, además, de solidaridad y de empatía, de consideración por el trabajo y el esfuerzo de otros, demostrando con su actuación que, aún hay esperanza, que no somos todos parte del canibalismo social que, desgraciadamente, carcome y corrompe a buena parte de la gente.
Desde luego, habría que extender nuestra felicitación a sus amorosos padres por desgranar e inculcar en su hijo elementos tales como el respeto, los buenos principios y la justa valoración de las cosas.
Comparte esta historia con tus hijos, o con los seres que más aprecies. En todos los aspectos, los padres debemos procurar ser un ejemplo constante para que la honestidad sea la piedra angular de nuestra familia.