A un siglo de experiencia en el paso por la existencia, Ruth Bryant ha vivido de todo. Tan solo tenía un último deseo que no había podido cumplir hasta ahora: ser arrestada por la policía y conducida a prisión, como toda una criminal.
El peculiar deseo de Bryant se hizo realidad hace algunos días cuando dos agentes de policía se presentaron en su domicilio, la esposaron y la subieron en la patrulla para llevarla directo al calabozo.
Los dos agentes arrestando a Ruth Bryant como toda una criminal
Su nieta, que en aquel momento fue testigo de este peculiar arresto,dejó constancia de ello con una imagen en la que la centenaria sonríe mientras uno de los agentes le ajusta las esposas y el otro le sostiene el brazo, antes de llevarla a dar un paseo en la jaula para delincuentes.
Su arresto no se limitó a fotografiarse esposada, sino que los agentes se encargaron de subirla al furgón y trasladarla hasta las dependencias policiales, donde se sentó en la silla de la sala de interrogatorios, como toda una gánster consumada.
“Muchas gracias a la Policía de Carolina del Norte por ‘arrestar’ a mi abuela Ruth hoy. Tiene 100 años de edad y su salud está fallando, y quería ser arrestada antes de que fuera demasiado tarde. Tiene un corazón de oro y disfrutó mucho hoy. Gracias por conceder sus deseos”, escribió la nieta junto a las fotografías.
Bryant tuvo la experiencia que tanto deseaba por completo, con la torreta y la sirena encendidas. Incluso, para hacer más real la captura, antes de subir al vehículo los agentes le advirtieron que estaba siendo acusada por exhibicionismo y que no se resistiera, a lo que ella respondió pateando al oficialde manera juguetona.
Además, una vez que llegó a la cárcel, Bryant fue tratada como toda una peligrosa reina del delito. Se le tomaron las fotos para su fichaje, pasó algunos minutos dentro de una celda, y salió del lugar vistiendo una camiseta anaranjada estampada con la leyenda: “Cárcel del Condado de Person”.
“Tuve un hermoso día, fue interesante. Nunca antes me había pasado algo así. Me pusieron las esposas, y quería saber qué era estar al otro lado de la ley”, comentó esta abuela sumamente emocionada.
El deseo de Ruthse cumplió gracias a una campaña lanzada por una tienda de la localidad que hace todo lo posible para que los sueños de algunas personas se hagan realidad.
“¡Estoy en la cárcel! ¡Finalmente entré!”, exclamó, la ancianita llena de emoción.
Bryant fue liberada poco después. Volvió a su asilo de ancianos para celebrar su cumpleaños con un gigantesco pastel en cuyo interior aún no se sabe si había una lima para roer los barrotes de su mazmorra.
De un modo u otro, todos tus deseos llegan a cumplirse, es solo tu visión condicionada en el continuo espacio tiempo la que empaña el hecho. Creer que no puedes tener algo es lo mismo que no desearlo, porque produce el mismo resultado. Comparte esta historia tan divertida.