Cuando amamos a alguien queremos su bienestar, y si está en peligro hacemos lo que sea por ayudarlo. Eso lo vivió en carne propia una amorosa hija en Nueva York, en el momento en que su padre necesitó un órgano para seguir viviendo, no dudó en ofrecerse como donante.
Tiffany Knapp es una mujer de 30 años, madre de tres hijos. Y ama intensamente a su familia, en especial a su padre Richard Burdge, de 63 años.
El hombre fue diagnosticado con cáncer de hígado en mayo. Su lucha contra la enfermedad ha sido ardua, pero los médicos indicaron que debía ser trasplantado para seguir viviendo.
La noticia angustió a la familia, de inmediato pusieron manos a la obra para buscar un donante. Richard se realizó las pruebas necesarias para calificar al listado de donaciones de fallecidos, pero no fue fácil.
Esperaban un milagro de Navidad
En los Estados Unidos existen más de 16.000 personas que necesitan un trasplante de hígado, y apenas se disponen de 6.000 órganos por año. La familia se vio en la necesidad buscar un donante vivo por su cuenta.
“Cuando mi padre fue diagnosticado por primera vez, mi familia creó volantes y corrió la voz de que necesitábamos un donante vivo para él por correo electrónico y Facebook”, explicó Tiffany.
Parientes e incluso amigos, se ofrecieron como posibles donantes, pero por razones diversas no calificaron. El hermano de Tiffany no tenía el mismo tipo de sangre, y la hermana no fue considerada, porque la familia decidió que era la indicada para cuidar al padre en todo el proceso.
La mirada se volvió hacia Tiffany; como estaba embarazada se esperó, por indicaciones médicas, seis meses después del parto para realizar las pruebas.
La alegría fue inmensa cuando se supo de la compatibilidad entre padre e hija para efectos del trasplante.
Hubo cierto temor porque Tiffany tenía tres niños pequeños, pero ella se mantuvo firme en su decisión. No quería que el tumor de su padre comenzara a crecer nuevamente, así que no había tiempo que perder.
La cirugía se realizó en el Hospital Presbiteriano de Nueva York, donde le extirparon 65 por ciento de su riñón, que fue trasplantado con éxito a su padre. Después de la operación la llevaron en una silla de ruedas a encontrarse con su progenitor. Se tomaron de la mano, y lloraron de emoción junto a todos los presentes.
“Te quiero. Muchas gracias por salvarme la vida”, dijo el agradecido padre.
Al rato Richard bromeaba con su hija diciéndole que debido a su generosidad la había subido un peldaño en su testamento. Tammy, la hermana de Tiffany grabó el emotivo momento, y lo compartió en sus redes sociales.
«Queremos correr la voz sobre la importancia de la donación de órganos y mostrarle al mundo lo que puede hacer», expresó Tammy.
Publiée par Tammy Burdge Quenet sur Jeudi 12 septembre 2019
Hasta ahora todo va bien, los médicos se han sorprendido de lo rápido que se han recuperado, pero siguen chequeando a Richard para estar bien seguros de que el cáncer no regrese. ¡Que sigan así por muchísimos años! para que esta familia continúe disfrutando la felicidad de tenerse sanos y felices.
Comparte esta emotiva historia con todos tus amigos, y corramos la voz sobre la importancia de la donación de órganos, para salvar la vida de muchas personas.