Un bebé con hidrocefalia desafía a los médicos y sobrevive a su cabeza de gran tamaño, después de que los especialistas les recomendaron a sus padres que interrumpieran el embarazo.
Lorenzo Pontone nació a principios de este año con una cabeza del tamaño de un balón de fútbol pero pese a su delicada salud el pequeño se aferra a la vida.
A la pareja Nikky Lewis, de 28 años, y Fernando Pontone, de 33 años, se les dijo que su pequeño bebé soñado padecía de hidrocefalia severa cuando tenía 20 semanas de gestación.
Esta condición provocaba hinchazón en su cerebro, debido a la acumulación de líquido en el cráneo. Además de esto había altas probabilidades de que el pequeño naciera sordo, ciego, incapaz de moverse o que sufriera de convulsiones.
Pese a este panorama, Nikky decidió continuar con el embarazo y tuvo a su bebé mediante una cesárea programada a la semana 36 pues su cabeza estaba creciendo muy rápido y podía ser peligroso.
El nacimiento de Lorenzo estuvo envuelto entre una gran alegría y algunas noticias inesperadas.
El pequeño nació sin ano, así que necesitó una bolsa de colostomía para desechar sus heces. Además de esto, una resonancia magnética tomada después de su nacimiento mostró que tenía menos materia cerebral de la que debería tener.
La pareja de Huddersfield, West Yorkshire descubrió que su pequeño Lorenzo se mantiene cerebralmente vivo gracias a su tronco encefálico.
Aún con todas las dificultades, el niño nació para vencer todo pronóstico y en pocas semanas comenzó a respirar por sí solo y pudo cerrar sus ojos por primera vez.
Para Nikky su hijo “estaba destinado a nacer”, ya que resultó embarazada mientras utilizaba métodos anticonceptivos.
“No creo en la interrupción y estaba usando anticonceptivos cuando quedé embarazada, así que sentí que debía nacer. Si bien lo consideramos porque los médicos dijeron que era lo mejor, decidimos dejar que la naturaleza siguiera su curso porque estaba a medio camino», reveló la madre.
Actualmente, el líquido en el cerebro de Lorenzo ha comenzado a drenarse después de que los médicos le colocaron un tubo conocido como derivación que drena el exceso de líquido en su abdomen. Esto permitirá que el líquido se disipe con el tiempo.
Esta joven pareja está feliz de haber tomado la mejor decisión, aunque saben que el camino no va a ser fácil; Lorenzo necesitará cuidados especiales y debe tomar medicamentos de por vida.
Frente a esta situación han decidido iniciar una campaña benéfica para brindarle a su pequeño todas las opciones médicas que necesita para salir adelante.
Incluso en las condiciones más difíciles, la vida se vuelve un gran milagro y esta pareja decidió apostar por ello. Comparte su inspiradora historia que puede ofrecer esperanza a muchas familias.