Perder a un hijo es uno de los dolores más grandes por el cual puede pasar cualquier padre y más aún si se está involucrado en un accidente fatal. Esta semana, Preston Ellis ha tenido su último gesto de amor para despedir a su pequeña hija que perdió la vida tras ser arrollada accidentalmente por su propia madre.
La familia del suburbio oriental de Bayswater en Perth, Australia, se encuentra con el corazón destrozado, después de decirle adiós a la pequeña Aurora de sólo 19 meses. La niña perdió la vida al ser arrollada por su madre Lara cuando sacaba el automóvil del garaje de su casa.
El accidente ocurrió el sábado 30 de mayo, mientras Lara estaba al volante de la Toyota Land Cruiser de la familia. La pequeña Aurora murió de forma instantánea y su padre no puede borrar de su mente la dolorosa escena.
«Mi cabeza está obsesionada con la imagen de mi bebé, una imagen que ningún padre debería haber visto», dijo.
Ellis describió la muerte de su hija como un accidente trágico que ha destruido a su familia. El Sr. Preston construyó con sus propias manos el ataúd para su pequeña en un acto que describió como el último gesto de amor para Aurora.
“Ayer construí el ataúd de mi damita, mi último acto de amor. Me alegro de poder hacerlo, pero apesta tener que hacerlo”, dijo en una publicación de Facebook el pasado 3 de junio.
Ellis también aprovechó sus redes para aconsejar a todos sus amigos e invitarles a valorar la vida.
«Sí hoy respiras, por favor, aprecia el aire en tus pulmones. Por favor, reduzca la velocidad y observe que todo lo que cae sobre la lluvia, contempla el calor de una taza de café. Abraza a quien amas y abrázalo muy fuerte y besa su cabeza por mí que ya no puedo hacerlo con mi hija», dijo en un tributo desgarrador a Aurora.
La residencia de la familia en Bayswater, Perth, donde ocurrió el accidente.
A pesar de todo su dolor, el Sr. Presto confesó que la muerte de su hija le ha dado una nueva perspectiva sobre la vida y ahora espera buscar otro rumbo más beneficioso para la suya. Por los momentos, espera ser ese esposo amoroso para Lara, quien se encuentra aún en negación por la pérdida de la pequeña.
Aunque todo fue un accidente, es bastante duro seguir adelante a sabiendas que la niña ya no está y que quizás un mirada al retrovisor hubiese cambiado el rumbo de esta historia. Preston sólo espera que todo esto pase y poder sanar todo el dolor, él confía en que la niña ahora está en el cielo.
“Que mi Aurora sea mi aurora en mi cielo nocturno y el tuyo, iluminando todo el tuyo y mi oscuridad. Multiplica el amor, por favor, no el odio, aunque sólo sea por un día”, dijo el padre en el memorial de la niña.
Esta familia ha sido víctima de un cruel destino y ahora atraviesan por uno de los dolores más grandes, comparte su historia y advierte a otros padres sobre este tipo de accidentes.