Sarah Thomas logró vencer el cáncer de mama, se ha convertido en una inspiración para el mundo al convertirse en la primera persona que cruza nadando el Canal de la Mancha.
Ella dedicó su gran hazaña a todas las personas que, igual que ella han sobrevivido a la dura enfermedad, cruzó el Canal cuatro veces sin descanso, ingirió un suplemento líquido para alimentarse.
El alimento estaba compuesto por carbohidratos, electrolitos y cafeína acompañados de zumo de manzana para aportar un sabor más agradable. Sin embargo, no le resultó grato consumirlo.
“He odiado ese líquido todo el camino”, aseguró Sarah, quien pidió chocolate al lograr su meta.
La mujer de 37 años nació en Colorado, Estados Unidos, rompió este récord un año después de haber sido sometida a tratamiento médico contra el cáncer de mama.
Inicialmente la ruta que haría era de 130 kilómetros, pero por las condiciones del mar, se vio obligada a recorrer 210 kilómetros para llevar a cabo la prueba que se planteó.
Solamente cuatro nadadores habían conseguido cruzar el Canal de la Mancha tres veces seguidas, pero Sarah fue la primera en hacerlo cuatro veces.
Sarah tuvo que enfrentarse a la dificultad de lidiar con una picadura de medusa en su rostro y el dolor de sus ojos y su garganta a causa de la interacción con la sal.
Además del cansancio por el excesivo consumo de energía física que implica un recorrido como ese.
“Por suerte voy a poder dormir el resto del día. Estoy bastante cansada”, relató Sarah.
Sarah recorrió dos veces ida y vuelta la distancia entre Inglaterra y Francia. Una proeza que ha hecho historia ganándose la admiración de miles de personas alrededor del mundo.
“No puede creerme que lo hayamos logrado”, fueron las primeras palabras de la mujer sobreviviente de cáncer.
Un grupo de amigos la estaba esperando con champán y bombones para celebrar su esfuerzo, valentía y perseverancia.
“Estoy completamente entumecida. Me siento aturdida”, respondió a las preguntas de una periodista que la esperaba.
“Estoy realmente cansada”, dijo Sarah, quien pasaría el día descansando para recuperarse.
El recorrido de Sarah, quien nada en aguas abiertas desde que era adolescente, comenzó el pasado domingo en la costa inglesa, solamente le permitían llevar un traje de baño, un gorro y unas gafas de acuerdo con las normas establecidas por la federación en el Canal.
Durante los diez minutos de pausa entre cada etapa del recorrido nadie podía tocar a Sarah, que luchaba contra las corrientes y las medusas.
“El agua no estaba tan helada como pensé, pero sí bastante fría”, relató ella. Comentó que la sal ingerida afectó sus cuerdas vocales.
“La sal fue lo más duro de aguantar, realmente hace que te duela la garganta, la boca y la lengua”, agregó Sarah.
Su hazaña la hizo merecedora del aplauso y estima de millones de personas, con su esfuerzo le rindió homenaje a los valientes que combaten el cáncer. Compártela.