Jessica, una joven adolescente de 14 años, recibió una reprimenda de su madre después de burlarse de un hombre de la calle que estaba pidiendo dinero para sobrevivir.
La madre de Jessica, una mujer del noreste de Inglaterra estaba muy molesta cuando su hija Jasmín, de 16 años, le mostró lo que había hecho su hermana menor.
“Deja de pedirme dinero, te lo ganarías tú mismo si no fueras tan perezoso y gastaras lo que ganas en sustancias”, le dijo Jessica al hombre de la calle.
Su madre pensó de inmediato en corregir el comportamiento de Jessica y hacerla vivir una experiencia que jamás olvidaría y aprendiera a respetar.
Jasmine le mostró un video a su madre en donde su hermana menor ofendía a un mendigo por pedirle dinero en la calle y por quejarse del frío. La madre estaba muy avergonzada e incrédula ante lo poco empática que era su hija.
“Sí, la gente acampa por diversión, incluso en diciembre, no puedes quejarte, estás viviendo las vacaciones de alguien” le dijo Jessica al hombre sin techo.
La madre estaba atónita, no podía entender la reacción de su hija, era un comportamiento nada habitual en la familia. Ella tuvo que salir adelante sola cuando quedó viuda y trabajar duro para darles de comer a las dos.
Realmente ellas tocaron fondo y apenas tenían dinero, pero se las arregló para estudiar, tener éxito y darles una buena vida con valores.
La madre inmediatamente hizo que Jessica fuera a disculparse con el mendigo y le pagó una habitación para que pasara una noche en un hotel.
También la inscribió como voluntaria en un banco de alimentos y la dejó dormir en el jardín de la casa para que tomara conciencia de lo que había hecho. Cerró la puerta de la habitación de su hija menor y colgó un cartel que decía “Cerrado por vacaciones”.
Sin dar un paso atrás armó una tienda de camping en el jardín, en su interior, la llenó de mantas y le pasó un saco de dormir. Jessica no quería hacerlo, pero tenía dos opciones, o pasar la noche en el jardín o no tener acceso a su teléfono hasta que terminaran las vacaciones.
A la mañana siguiente, Jessica despertó llorando por el frío que había pasado durante la noche y por no poder dormir tranquila por el ruido de los pájaros. Estaba arrepentida por lo que había hecho con ese hombre sin techo.
Le pidió perdón a su madre y justificó su molestia asegurándole que había entendido la lección de vida que le acaba de dar. Jessica tomó conciencia y preparó una gran comida para donar a los indigentes que viven en la carretera cerca de su casa.
Su madre dejó atrás la vergüenza que sintió en ese momento y ahora está orgullosa de que su hija finalmente entendió que lo que había hecho estuvo muy mal y que había decidido hacer algo al respecto.
Esta madre de dos adolescentes, quien definitivamente no ha tenido una vida fácil es admirable por haber criado a sus hijas como personas empáticas y con valores.
El castigo que le dio a su hija de 14 años ha dado mucho de qué hablar en las redes, algunos consideran que fue extremo, y otros estuvieron de acuerdo con la lección que le dio. Compártelo.