Cuando una persona alcanza cierta edad, comienza a tener algunas dificultades no sólo de salud sino en sus propias destrezas. Por ese motivo es importante que cuenten con el acompañamiento de alguien que les sirva de ayuda en sus labores ordinarias.
Pero sumada a esta realidad, otras situaciones pueden complicar el panorama.
De tal forma lo ha demostrado la historia de una mujer de 60 años cuya tensión arterial no terminaba de bajar debido a que estaba siguiendo mal las indicaciones del médico.
Hace unos meses, los médicos no comprendían qué pasaba con la tensión de Doña Cris pues la medicina parecía no estar surtiendo efecto pero fue su dentista quien descubrió la razón y amablemente ideó una forma muy dulce de ayudar a la paciente.
Doña Cris es analfabeta y su incomprensión lectora le impedía seguir cabalmente la receta dada por su especialista. De hecho, la mujer estaba tomando más pastillas de las que debía, una situación que pudo tornarse peligrosa.
Doña Cris conoció al Dr. Ricardo Cayres cuando acudió a su consultorio para una extracción dental pero en el momento de realizar el procedimiento la mujer tenía la presión arterial demasiado alta.
La extracción fue suspendida y una semana después Doña Cris volvió a la consulta pero su presión parecía ir en aumento. En esa ocasión, ella se fue preparada y llevó su medicina para confirmarle al doctor que sí se estaba tratando su hipertensión pero no tenía resultados.
Después de una amena conversación, el dentista descubrió que era lo que sucedía. La mujer no sabía leer y no estaba siguiendo bien las indicaciones de su especialista, así que el doctor decidió hacer algo para ayudarla.
Con algo de ingenio, Ricardo dibujó la receta para que la mujer pudiese comprenderla.
“Descubrí que era porque ella no sabía leer y escribir y no entendía cómo seguir la receta del médico. Entonces, decidí hacer este dibujo para que ella pudiera entender. Tomé una foto del empaque, tomé fotos de Google y seguí la receta. Me preparé al mismo tiempo, imprimí y le hice entender, repetir, asegurarse de que entendía, y sólo entonces la dejé irse”, dijo el doctor.
Antes de ser odontólogo, Ricardo Cayres es un profesional de la salud y además un gran ser humano, así que con mucho amor decidió ayudar a Doña Cris pero la ayuda no se quedó sólo en la receta.
Después de bajar su presión arterial, la paciente volvió por su extracción dental y Cayres decidió ayudarla nuevamente.
Cubriendo su boca, en la primera consulta, Cris le comentó a Ricardo que le avergonzaba su sonrisa pues no tenía dientes delanteros y esto conmovió al dentista. El Doctor Cayres decidió ayudarla y cuatro meses después de iniciar con el tratamiento, esta mujer luce una hermosa sonrisa.
“Hicimos las otras extracciones que necesitaba, restauraciones y finalmente rehabilitamos su sonrisa. ¡Ella estaba feliz con sus nuevos dientes!”, dijo el doctor.
Esta señora recibió todo su tratamiento de forma gratuita pero además ganó una gran amistad con el generoso dentista. Cada vez que Ricardo atendía a Doña Cris le consultaba por su tensión, así que ahora ella luce una nueva imagen y tiene una presión controlada. Todo esto gracias a los nobles gestos de su doctor.
Esto sí que es ser un profesional. Comparte esta historia y ayuda a inspirar a otros. Sin importar el título, nada vale más que la la calidad humana de una persona. ¡Comparte y enseña a todos esta gran lección!