Desde el pasado 27 de abril se desconoce el paradero de Tomás Gimeno, de 35 años y sus hijas Anna y Olivia, de 1 y 6 años. Él debió llevarlas a casa de su exesposa, y madre de las menores, pero esa noche fue visto saliendo en su embarcación en un puerto privado en Tenerife.
Esa noche amenazó a Beatriz Zimmerman, madre de las niñas, diciéndole que no volvería a verlas. El barco fue encontrado a la deriva, y vacío, las autoridades centraron ahora la búsqueda en el mar, la tripulación del buque oceanográfico Ángeles Alvariño y la Guardia Civil, comenzaron el rastreo.
Inicialmente se manejó la hipótesis de que el padre huyera con las niñas. Pero hoy lamentablemente se confirmó la peor de las noticias.
En horas de la tarde el robot submarino Liropus halló las dos bolsas y las izó a cubierta, una de ellas estaba vacía y en el interior de la otra hallaron el cuerpo de Olivia Gimeno, de 6 años. Los bolsos deportivos coinciden con los que portaba Tomás Gimeno cuando entró al puerto la noche del día de su desaparición.
Los agentes de la policía informaron a la madre de las menores el hallazgo del cuerpo de Olivia, de 6 años, estaba en el interior de un bolso deportivo y lastrado con un ancla a mil metros de profundidad.
El cuerpo fue encontrado en el mar por el sonar desplazado a Canarias a una milla náutica del puerto de Güimar, desde donde Tomás Gimeno salió en su embarcación.
El cadáver fue trasladado al Instituto Anatómico Forense de Tenerife para practicar las pruebas pertinentes para la investigación del caso.
Los agentes de la Guardia Civil seguirán con las labores de búsqueda en el lugar.
El pasado lunes 07 de junio el buque a cargo del rastreo localizó en la misma zona una botella de aire comprimido, propiedad de Tomás Gimeno y una funda nórdica, también de su propiedad.
Están investigando si la botella de oxígeno fue usada como lastre para mantener los cuerpos en el fondo del mar.
Buscan, además, el ancla de la lancha de Tomás Gimeno que pudo haber empleado como mecanismo para mantener en el fondo del mar cualquier prueba del delito que cometió.
El día de la desaparición de Tomás Gimeno y las menores, las cámaras de vigilancia del puerto lo captaron solo a las 9:30 de la noche, con bultos que trasladó desde su auto hasta la embarcación de su propiedad.
Buscó a las niñas a las 5 de la tarde, debía devolverlas a su madre a las 9 de la noche, pero no lo hizo. Permaneció hasta las 7:30 en casa de sus padres y después estuvo en su domicilio aproximadamente dos horas con sus hijas.
Le escribió a su exesposa para amenazarla diciéndole que no volvería a ver a sus hijas.
Tomás Gimeno regresó a las 11:30 de la noche, fue a una gasolinera a comprar tabaco y un cargador portátil para su teléfono móvil.
Llamó por última vez a Beatriz y le dijo que había acostado a dormir a las menores y que el día siguiente se las llevaría. Ella interpuso una denuncia a la policía.
Pero realmente volvió a adentrarse al mar y desde entonces no se supo de su paradero hasta que encontraron la embarcación vacía y a la deriva.
Hace menos de 24 horas se difundió en la cuenta de Instagram manejada por el vocero de la familia, un audio de Beatriz en el que aseguraba sentirse optimista porque la única hipótesis que manejaba era la fuga de su ex esposo con sus hijas.