Desde el pasado 26 de mayo, se activó la alarma por la inquietante desaparición de la anciana de 92 años, de la que se perdió rastro tras salir de la peluquería, en el barrio madrileño de Moratalaz.
Macarena Correas Díaz era una mujer que apenas tomaba medicación para la tensión y se encontraba en condiciones óptimas de salud física y mental
Mucha gente compartió la publicación que SOS Desaparecidos difundió desde su cuenta oficial de Twitter, con la esperanza de que regresara a casa sana y salva. Pero ya habían pasado 7 días y su hijo, con quien vivía la señora, comenzaba a sospechar lo peor.
Hasta que la mañana de ayer, un vecino de Moratalaz avisó a las autoridades del cuerpo sin vida de una mujer mayor, en un descampado, a 1 km y medio de donde la vieron la última vez. Así que los sanitarios del Samur-Protección Civil se desplazaron al lugar. Todo parecía indicar que se trataba de Macarena.
El cadáver fue hallado en avanzado estado de descomposición cerca del número 71 de la calle Felix Rodríguez de la Fuente, próximo al complejo de El Ruedo, en Moratalaz, según ha informado la Jefatura Superior de la Policía y Emergencias, de Madrid.
Su estado de descomposición podría coincidir con un cuerpo a la intemperie durante una semana de altas temperaturas y tormentas.
Según la alerta de “SOS Desaparecidos”, Macarena había sido vista por última vez cuando salió de la peluquería «Cristina Gil», ubicada en el número 5 de la calle Arroyo Belincoso, sobre las 5 de la tarde.
Desde la peluquería se suponía que se trasladaría a su domicilio de la calle Entre Arroyos, donde vivía con su hijo
Las empleadas de la peluquería declaran que no notaron nada raro en ella. Es más, les dijo que salía «muy contenta» al haberse podido arreglar el cabello «por fin» después de dos meses y medio de confinamiento.
Macarena había ido a la peluquería tan solo con algo de dinero, las llaves de la casa y el abono de transporte
La Policía Nacional informó ayer a la familia de la desaparición del cuerpo, ahora deben esperar para conocer las causas exactas de su fallecimiento.
Algo que llama mucho la atención y es doloroso a la vez, es que a sus 92 años, se encontraba en excelentes condiciones de salud, y era muy independiente.
Su hijo había denunciado los hechos a la Policía cuando volvió del trabajo y no la encontró. Comentó que era una mujer muy hogareña, no tenía conflictos ni problemas con nadie. Sin embargo, hace meses le robaron en su propia casa, donde la agredieron y le robaron sus tarjetas bancarias.
A pesar de ese hecho sospechoso, no ha habido ningún movimiento en sus cuentas bancarias. Además, la Policía confirma que no hubo registro de ella en ningún hospital de la ciudad.