Claudino da Silva, de 42 años, permanecía recluido en una celda de aislamiento del centro penitenciario de Bangu cuando decidió atentar contra su vida poco después de que el mundo conociera cómo trató de burlar la seguridad de la cárcel para huir.
El recluso estaba cumpliendo una condena de 73 años y 10 meses de cárcel, el pasado tres de agosto intentó escapar de prisión disfrazado de su hija cuando los policías lo descubrieron.
Utilizó una máscara de silicona, se puso una peluca de cabello oscuro largo y prendas de ropa de mujer para simular que se trataba de su hija Ana Gabriele, que había ido a visitarlo ese día.
El prisionero pensó que su plan sería exitoso y por fin lograría ser libre, pero los agentes policiales lo detuvieron cuando se disponía a salir al sospechar de ciertas características que no correspondían a las de una mujer.
Él pretendía salir tal como lo harían los visitantes del centro penitenciario, como si se tratara de una mujer embarazada, ya que esta es una condición que las hace exentas del scaner de seguridad.
Los nervios no jugaron a favor de Claudino cuando trató de escapar de la unidad de alta seguridad de Gabriel Ferreira Castilho en Gericinó, Río de Janeiro.