Era el 3 de julio de 1907, la víspera de la fiesta nacional norteamericana cuando dos albañiles trabajaban en la construcción de uno de los muros de la Universidad Estatal de Montclair, en Nueva Jersey.
En medio de sus arduas labores se ve que se les debió ocurrir: ¿Y si dejamos un mensaje para que alguien lo encuentre en la prosperidad? Así que sin dudarlo, escribieron una nota y la introdujeron en una botella de cerveza emparedándola en el forjado que estaban construyendo.
112 años más tarde la original idea de los albañiles sorprendió a otro mientras demolía la misma obra
Robert Kanaby, un trabajador de demolición, fue el obrero a quien más de un siglo después el destino lo eligiría para ser quien echaría abajo el mismo muro. Sin pensarlo, hallaría el curioso mensaje del par de amigos.
Robert se encontraba derribando una pared del edificio del College Hall cuando se encontró con algo extraño, el pasado mes de febrero
«Golpeé algo hueco y escuché que se rompía el vidrio. Y me dije, ‘algo no está bien’. Entonces, quitamos los escombros y encontré el vidrio y luego encontré la nota», cuenta Kanaby.
“Es una pared de ladrillo muy vieja, de unos 4 metros, con tres capas de ladrillo. Así que iba ladrillo por ladrillo con una herramienta”, agregó.
Entonces escuchó como si fuera vidrio rompiéndose y supo que algo andaba mal. Fue solamente al limpiar los escombros cuando hizo el increíble descubrimiento de la botella rota en pedazos y la carta que había estado adentro.
«Esto es para certificar que este muro fue construido por dos albañiles de Newark, NJ, con los nombres de William Hanly y James Lennon, miembros del número 3 de la B.M.I.U. de América“, decía la misiva.
«Estos muchachos estaban trabajando en esto la víspera del 4 de julio y bebiendo cervezas, y decidieron escribir esta nota para que la encontráramos”,dijo Kanaby.
Inmediatamente llevó su increíble hallazgo a Sharon Mahoney, directora de administración de construcción de la universidad, quien no podía dar crédito a lo que veía.
“Es sorprendente pensar que si él hubiera empezado a picar unos pocos pies en cualquier dirección, la botella podría haber quedado dentro de una sección de la pared que fue derribada en una sola pieza y tal vez nunca se hubiera encontrado”, dijo Mahoney.
Enseguida se vieron en la obligación de investigar un poco más y encontraron en un censo de 1920 y otro de 1930, a un William J. Hanly, de 33 años, que vivía en Central Avenue, en Newark. Y un albañil llamado James Lennon, nacido en 1875, que también vivía en Newark.
La botella era fabricada por Consolidated Bottling Co. de las variedades Pale Ale o Porter.
Es muy probable que Hanly y Lennon fueran trabajadores irlandeses de primera generación. Han tratado de dar con el rastro de sus familias, pero lamentablemente no han tenido suerte. La universidad ahora tiene pensado exhibir la carta, la botella y «otros artefactos» encontrados que podrían pertenecer al par de albañiles.
“Estos dos hombres pusieron los ladrillos originales de la Universidad Estatal de Montclair, y son parte de su historia y su transformación. Nos encantaría dar con sus descendientes», dijo un portavoz de la universidad.
Comparte esta increíble noticia que nos hace ver que las casualidades no existen. Ese hallazgo revela la historia de 2 seres humanos con un pasado y esperemos que las investigaciones lleguen hasta el final para poder seguir su rastro.