Un estudiante de biología ha hecho el descubrimiento de su vida y, quizás, el más codiciado por algunos arqueólogos profesionales. Todos sabemos que los dinosaurios se extinguieron hace millones de años, así que encontrar algún vestigio sobre uno de estas criaturas es realmente asombroso.
Precisamente esto es lo que descubrió Harrison Durán, un estudiante de quinto año de biología de la Universidad de California.
A sus 23 años, Durán pensó invertir sus vacaciones de verano en unas prácticas profesionales pero fue rechazado y cambió los días de oficina con aire acondicionado por una invitación hecha por su profesor Michael Kjelland.
La idea era ir a buscar fósiles en un árida y remota área de Dakota del Norte. Después de ser rechazado de las pasantías en La Brea Tar Pits and Museum, en Los Ángeles, Duran decidió aceptar la propuesta.
El 4 de junio fue el día del gran descubrimiento.
La pareja encontró lo que en primera instancia pensaron era un madero petrificado, pero después se enteraron que se trataba de un trozo de hueso.
Tras seguir excavando, el equipo se dio cuenta que el material era más grande de lo que pensaban pero no se trataba de ningún madero, sino de un hueso. Con el análisis descubrieron que era precisamente un cuerno que se había unido a parte del cráneo de un dinosaurio.
El hecho era simplemente sorprendente para Durán, quien no podía controlar su emoción y efusión por lo que había encontrado.
«No puedo describir mi emoción del momento en que descubrimos el cráneo. He estado obsesionado con los dinosaurios desde que era un niño, así que fue una gran sorpresa», dijo el estudiante, Harrison Duran.
La estructura ósea pertenecía a un Triceratops, uno de los dinosaurios más conocidos por su cabeza en forma de abanico. Este hallazgo podría tener una data de hace más de 65 millones de años atrás, algo que simplemente ha resultado asombroso para todos.
Según señaló el profesor de biología en la Universidad Estatal de Mayville en Dakota del Norte, Michael Kjelland, el chico hizo el descubrimiento de su vida mientras excavaba de forma experimental.
Al iniciar la aventura, Durán no tenía mayores expectativas sobre el viaje pero llevaba consigo la mayor disposición para aprender y ayudar.
Después del revuelo que ha desatado esta interesante historia, el profesor ha explicado cuál será el siguiente paso.
«El objetivo es utilizar este hallazgo como una oportunidad educativa, no sólo reservarlo en una colección privada en algún lugar para que solo un puñado de personas puedan verla», dijo Kjelland.
Apenas cuatro días después de iniciar el viaje de dos semanas en la Formación Hell Creek, Durán logró realizar la gran hazaña. Precisamente en la serie de formaciones rocosas que cubren partes de Montana y las Dakotas, estas datan del final del período Cretácico y de allí se deduce la antigüedad del cráneo. Seguro este chico se ha apuntado un gran logro en su carrera profesional.
Recuerda compartir esta interesante nota. No todos necesitan ser unos veteranos para hacer historia.