El cáncer es una enfermedad muy dura, la más temida por los seres humanos, cuando Heidi Loughlin, de 35 años, conoció su diagnóstico se sintió devastada. En 2015 le dijeron que padecía un cáncer de mama muy agresivo, rechazó la quimioterapia durante su embarazo y los médicos le dijeron que le quedaba poco tiempo de vida, pronosticaron cuatro años.
Pero Heidi recibió un regalo de Navidad después de ser sometida a un revolucionario tratamiento, que la ayudó a desafiar su enfermedad.
Ella describió su lucha contra el cáncer como “nadar tras un naufragio” y “combatir en una batalla imposible”.
Afortunadamente todo cambió para ella, en la última exploración que le realizaron no aparecían indicios de la enfermedad gracias al tratamiento con Kadcyla.
Se trata de una droga que fue aprobada a principios de este año para miles de mujeres que padecen un raro y agresivo cáncer de mama.
Ella ha comentado que se siente muy agradecida por el tiempo que le han devuelto para compartir sus días junto a su esposo, Keith, y sus dos hijos.
“Sabiendo lo que se siente decir adiós, la idea de tener que pasar por eso de nuevo es es absolutamente insoportable. Me atrevo a soñar que estaré aquí mucho tiempo. Solo tengo 35 años, me siento genial”, escribió ella.
Heidi tiene un blog personal donde comparte sus experiencias y relata cómo fue su experiencia recibiendo el tratamiento que impidió que el cáncer se diseminara en su cuerpo. Puedes visitarlo aquí.
El diagnóstico del cáncer lo conoció en 2015, cuando estaba embarazada de tres meses, a pesar de que el médico le recomendó interrumpir el embarazo para ser sometida a un tratamiento ella ignoró las sugerencias porque estaba convencida de traer al mundo a su bebé.
Ella notó una erupción en su seno cuando estaba amamantando a su hijo menor. Los médicos le dijeron que se trataba de mastitis, una afección común en las madres que están amamantando, y Heidi lo pasó por alto. Meses después quedó embarazada de su tercer hijo.
Ally Louise nació 12 semanas antes a través de una cesárea el 12 de diciembre de 2015, pero lamentablemente murió ocho días después tras contraer una infección.
Heidi también es madre de Noah, de 4 años y de Tait de 3, en septiembre de 2016 los médicos le dijeron que el cáncer que padecía estaba en etapa terminal.
El tratamiento que recibió Heidi a base de la administración de Kadcyla, se considera como un gran avance para los pacientes de cáncer. Había sido rechazado anteriormente por su costo, pero ahora será más accesible.
Delyth Morgan, presidenta ejecutiva de Breast Cancer Now luchó para que la droga lograra estar disponible para todas las mujeres que padecieran cáncer de mama en Inglaterra.
El medicamento está disponible en el Reino Unido, en Francia, Alemania, Australia y Canadá, es del fabricante suizo Roche y se administra por goteo cada tres semanas.
Según los ensayos clínicos que realizaron, su uso logra extender la vida de los pacientes con cáncer terminal un promedio de seis meses mejorando su calidad de vida y reduciendo los efectos secundarios.
Es importante aprender a reconocer los síntomas del cáncer de mama, detectarlo a tiempo puede salvar una vida.
Entre las señales más comunes se hallan las alteraciones de tamaño o forma de los senos, un bulto o área que se siente de contextura más gruesa.
También, los cambios en la textura de la piel, la presencia de arrugas, hoyuelos o piel de naranja.
El enrojecimiento o irritación, la tensión del pezón o cambio de forma, o la secreción de líquido, también, la inflamación de la axila o alrededor de la clavícula.
Heidi ahora tiene una nueva oportunidad, y quiere alertar a todos a reconocer los síntomas del cáncer de mama para diagnosticarlo a tiempo.
Ella continúa relatando sus experiencias en su blog, escribió una lista de cosas que quería hacer antes de morir como por ejemplo, un viaje de Navidad a Disneyland Paris, viajar a Austria y Estados Unidos, casarse y vivir para poder ver a sus tres hijos comenzar la escuela, la secundaria y la universidad.
Se siente muy esperanzada, a pesar de que los médicos presumen que el cáncer podría regresar a su cuerpo.
Ante esto, Heidi decidió estar tranquila:
“La realidad no cambia, puedo pasar todo el tiempo aterrorizada y pierdo el tiempo que tengo en sentirme mal pensando en lo que podría pasarme o puedo pasar todo el tiempo abrazando y disfrutando los días que tengo”.
La historia de Heidi ha llegado a muchos corazones, compártela.