Hobbit Humphrey es una madre de Reino Unido que ha tomado una decisión muy particular a la hora de criar a su bebé.
Ella y su esposo Jake England-Johns siempre se han preocupado por la manera en los niños pueden sentir presión por cumplir con determinados estereotipos al ser niñas o niños.
La familia vive en una casa rodante en la ciudad de Keynsham.
Cosas tan sencillas como pintar el cuarto de una bebé de color rosa o comprar juguetes de autos para un bebé; han sido señaladas últimamente como una manera inconsciente de presionar la identidad de los más pequeños.
“Esta era la única para luchar contra los estereotipos de género. Sucede con mucha frecuencia y queremos proteger a Charlie”.
Desde que supieron que se convertirían en padres esta fue una de sus principales preocupaciones; así que tras mucho pensarlo idearon un plan: no revelarían a absolutamente nadie el género de su bebé. Los únicos que saben la verdad del género de Charlie son sus abuelos, por ayudarlos a cambiar pañales en una ocasión.
Charlie ya tiene 17 meses de vida.
Esto puede resultar sumamente confuso para los familiares y amigos que conocen al bebé; así que la pareja simplemente les pide que no lo llamen «él», ni «ella»; sino que utilicen pronombres neutros.
“Con género neutral no le estamos imponiendo su identidad. Sólo le damos damos la libertad para que sea neutral. Todos los bebés merecen ser simplemente ellos mismos”.
Todos los que conocen a esta familia necesitan de algo de tiempo para poder acostumbrarse a esta manera tan particular de tratar a Charlie. Esperan que una vez que se encuentre lo suficientemente grande podrá tomar la decisión sobre su identidad y sus padres lo apoyarán en todo momento.
“Adora jugar a las reuniones del té todas las mañanas, pero también juega con pequeñas motocicletas”.
Charlie recibe vestimenta de niño y niña. En ocasiones utiliza vestidos, o luce los colores que suelen estar más asociados a los niños como el azul y el marrón.
Sus juguetes también son de todo tipo; así que tiene la completa libertad de escoger cosas con las que quizás sería mal visto si fuese hembra o varón.
“Hemos logrado el efecto que queríamos. Podrá desarrollar sus propios intereses. Queremos que por ahora crezca en su pequeña burbuja”.
Esta decisión ha resultado muy extraña para muchas personas en todo el mundo y aseguran que lo han sumido en una vida llena de confusiones y de enormes dificultades a la hora de socializar con otras personas.
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