¿Cuáles son las posibilidades de que una persona se case y pasen 19 años hasta que se de cuenta de que era del género opuesto a lo que pensó? Parece un caso propio para una novela, pero es real, sucedió en Bélgica y el protagonista ya ha superado todos los récords en cuanto a hombres engañados, o más bien «vistos la cara» por sus mujeres.
En 1993, Jan, un hombre de 44 años de origen belga se enamoró locamente de Mónica, una joven de Indonesia, de 27 años.
En ese momento, todo parecía indicar que se trataba de amor a primera vista. El romance fue tomando forma y en pocos meses decidieron casarse en la ciudad belga de Amberes, para así resolver la situación legal de la joven y poder otorgarle la ciudadanía europea con el objetivo de vivir juntos en Bélgica.
Cuando se acercaron al registro civil para proceder con los trámites de la boda, las autoridades no quedaron del todo satisfechos con los documentos de identidad de Mónica, ya que al parecer algo los hacía ver dudosos.
Jan decidió hacer caso omiso a las advertencias y solicitó casarse de todas maneras.
Se fueron a vivir juntos y a hacer vida de pareja, como era de esperarse. Pero después de casarse, Jan le preguntó a Mónica si ella quería tener hijos, a lo que respondió con un rotundo no. Esta respuesta lo tranquilizó, él ya tenía dos hijos de su matrimonio anterior y no estaba en sus planes ser padre de nuevo, él sólo amaba a Mónica y quería morir a su lado.
Los dos hijos de Jan pasaron a vivir con ellos y Mónica se convirtió más que en una madrastra, como en una hermana mayor para ellos. Todo marchaba de maravilla en la pareja, hasta que la joven finalmente encontró un empleo estable.
Pero pronto, Jan fue advertido por conocidos de la familia y amigos de su hijo, de haber visto a su mujer en clubes nocturnos con ropa provocativa. Mónica jamás imaginó que sus salidas nocturnas terminarían por delatarla y que su secreto mejor guardado llegara a oídos de su marido.
Jan no tardó en enterarse de los rumores de que Mónica en realidad era un hombre. Y sin poder dar crédito a lo que escuchaba, se negaba rotundamente a desconfiar de su mujer con la que llevaba 19 años de feliz matrimonio.
«Siempre pensé que era una mujer atractiva, una mujer y no tenía rasgos masculinos».
Sin embargo, después de descubrir varios mensajes en la computadora de la «chica» con otros hombres, Jan acabó dudando de su esposa.
No tuvo más remedio que encararla, y Mónica al hallarse entre la espada y la pared, confesó que los rumores eran ciertos, se había hecho una cirugía para convertirse en mujer en su país antes de conocerse.
El belga, como era evidente, no pudo digerir la noticia y su reacción fue de rechazo total hacia Mónica, por lo que al sentirse engañado inició los trámites de anulación del matrimonio.
«Ella me engañó fingiendo su período, usaba compresas higiénicas, para ocultarme la verdad. Incluso durante las relaciones íntimas, nunca noté nada», dijo el hombre horrorizado.
A sus 64 años, esta noticia le causó tal shock traumático, que tuvo que ser internado en un centro psiquiátrico.
Ciertamente, es algo que nadie se lo espera. ¿Y tú cómo habrías reaccionado si estuvieras en una situación similar? Comparte tu opinión con tus amigos.