John López Jr. es un adolescente de 19 años, de Princeton, Texas (Estados Unidos). Debido a la crisis económica de su familia, le era imposible cumplir su sueño: ir a la Universidad. Por eso, decidió trabajar como cajero en los supermercados Walmart. Lo haría todo el tiempo que fuera posible para así poder pagarse sus estudios.
Un día, acudió a trabajar como de costumbre, cuando presenció una escena que le desgarró el corazón por completo.
Se trataba de una clienta, que rompió a llorar porque le faltaba dinero para pagar la cuenta. John no sabía en realidad cuáles serían las circunstancias por las que atravesaba esa pobre mujer, pero ciertamente tenía que ser algo muy grave, porque estaba deshecha.
El humilde joven, conocido entre sus compañeros, por ser un chico sencillo, alegre, optimista, un ser de luz… No pudo con esa escena y supo que debía intervenir de inmediato,pagando la cuenta de la mujer. Aunque eso para él supusiera un esfuerzo muy grande, su corazón no le permitía mirar para otro lado.
Otra clienta, Laci Smith, lo presenció todo y con los ojos humedecidos le tomó una foto y publicó la historia en sus redes sociales, sin imaginar el impacto que tendría.
También el supermercado se hizo eco de la historia que no tardó en hacerse viral.
“Cuando esta mujer tuvo problemas para pagar su factura, él intervino y le dijo que si esperaba, él pagaría el total. ¡Fueron $ 110 dólares! ¡Él acaba de renovar mi fe en la humanidad y en la generación que estamos criando! John es un brillante ejemplo para todos nosotros y estamos orgullosos de que esté en nuestro equipo», escribieron desde Walmart.
John fue contactado por distintos medios locales, ya que su gesto calentó el corazón de muchas personas, que además decidieron no quedarse de brazos cruzados. La noble acción debía ser recompensada y crearon una página en GoFundMe para ayudar a John con el pago de su Universidad, logrando reunir 37.000 dólares.
«El martes por la noche estaba despierto hasta las 11 mirando los comentarios en la publicación», dijo John. «Pensé que esto no puede ser real».
Luego, sobre su gesto, no le dio mucha importancia y dijo a los medios:
«Ella empezó a llorar, y yo le dije: ‘Está bien, yo lo pago, yo lo pago’. Sentí que el Señor me decía que tenía que ayudarla».
Pero sí hizo hincapié en lo que sus padres siempre le enseñaron:
«Mis padres básicamente siempre me enseñaron que si alguien necesita ayuda vaya a su rescate, que si alguien está deprimido que yo lo anime y lo levante».
Como era lógico, sus padres también se conmovieron al ver la respuesta de su hijo y que todo lo que le habían inculcado no había caído en saco roto.
«Mi hijo es así. Siempre le decimos que debe ayudar a la gente».
Puedes ver sus emotivas declaraciones en este video:
Mientras que la gerencia del supermercado no pudo menos que aplaudir su gesto en un evento con el resto de los empleados, porque sin duda fue el mejor ejemplo que han tenido durante años.
«Vi lo que John hizo y lo desinteresado que fue su acto, y realmente me conmovió», dijo Brandon Weddle, el organizador del evento.
Pero lo que el joven no esperaba era que el mismo alcalde de Princeton, John-Mark Caldwell, también se haría presente en el acto.
John, incluso avergonzado, recibió feliz un diploma de reconocimiento.
Nos alegra que gestos desinteresados como estos sean aplaudidos para inspirar a otros a seguir ayudando. John jamás olvidará el día en que no pensar en sí mismo y no pasar de largo ante alguien necesitado le cambió la vida para siempre. ¡Compártelo!