Este joven indígena se fue de su casa para lograr lo que tanto anhelaba y finalmente celebra el fruto de su esfuerzo.
Hay personas que nacen en condiciones y ambientes menos privilegiados, y les toca hacerle frente a la vida con mucho valor y perseverancia, si es que quieren salir adelante y cambiar su realidad.
Los límites, en la mayoría de los casos están en nuestra mente y podemos sortear las adversidades con voluntad, constancia y ganas de lograr nuestros sueños.
Un ejemplo claro de este tipo de personas que apuestan siempre a la superación es el joven de 22 años, Hugo Pereira Juvêncio.
Este chico viene de una familia humilde cuyos orígenes se ubican en la aldea del municipio Uiramutã en Roraima, Brasil, y ahora es para ellos un gran orgullo.
Pese a que no contó con las facilidades a nivel de educación, como otros jóvenes, desde que era muy pequeño le ha echado muchas ganas a sus clases y recientemente Hugo fue admitido para cursar estudios de medicina en la Universidad Federal de Maranhão.
La noticia ha sido bien recibida por él y por toda su familia, pues no pueden más que estar orgullosos de él.
Hugo se fue de su casa a los 17 años y se mudó a Boa Vista, donde esperaba encontrar mejores condiciones de vida.
Pero desde entonces ha tenido que enfrentar diversas dificultades para lograr salir adelante y esta oportunidad de estudio le ha devuelto las ganas de luchar por sus sueños.
“Hubo muchos desafíos debido a la falta de recursos. No tengo Internet en casa, uso el de mi vecino. Pero me esforcé por seguir las clases y logré ganar, seguir el rumbo”, explicó el joven.
Este chico es uno de los beneficiados del programa social “De Olho no Enem”, impulsado por el Instituto Eurofarma, y fue elegido después de demostrar sus competencias entre un extenso grupo de postulantes que compartían el mismo sueño de este joven.
Para Hugo lo más importante de esta oportunidad es que al superarse también tendrá la oportunidad de regresar a su comunidad y ayudar a la gente humilde y sin recursos que tanto necesita.
Este Instituto lleva lleva adelante diferentes proyectos sociales en pro de la Educación y el desarrollo cultural de la población menos favorecida.
“Veo a mi gente sufrir por la falta de médicos y atención a los ancianos, las mujeres embarazadas y los niños. Decidí estudiar medicina para ayudar a estas personas, con una atención calificada y humana para todos”, explicó.
Gracias a este proyecto al menos 160 jóvenes en condiciones menos privilegiadas podrán acceder a la educación y Hugo es uno de ellos.
El proceso de postulaciones se realizó entre mayo y junio de este año, así que los resultados fueron revelados hace solo un par de semanas atrás.
Hugo no tenía las oportunidades ni ventajas de muchos jóvenes de su edad que cuentan con recursos tecnológicos, conexión a Internet, apoyo de sus padres y han recibido una educación de calidad.
Pero aun así, demostró que solo hace falta su inteligencia y ganas de salir adelante para lograr lo que se propone.
Este joven indígena es una inspiración para todos
Ahora, Hugo está ansioso por el inicio de sus clases y todas las experiencias que se le aproximan en esta nueva etapa de su vida.
Aunque el ingreso al curso no significa la certeza de que alcance licenciarse, este chico está decidido a dar lo mejor de sí por sus sueños y el bien de su comunidad.
Todavía le esperan varios años de carreras y situaciones que enfrentar pero confiamos en que su determinación lo ayudará a alcanzar su gran meta: graduarse de médico.
Además de ser perseverante, Hugo ha demostrado su noble corazón al motivarse a convertirse en médico para ponerse al servicio de las personas más desfavorecidas de su humilde comunidad.
La educación es un derecho pero no todos gozan de ella, por eso Hugo está feliz con la oportunidad que tiene en sus manos y nosotros admiramos su perseverancia. Hugo es un ejemplo para todos.