De acuerdo a los médicos, existe una serie de síntomas de embarazo que son frecuentes en el primer trimestre, pero no todas las mujeres los padecen. Tal vez por eso en Brasil una mujer casi a punto de dar a luz jamás pensó que se trataba de eso, y lo más increíble del asunto fue la causa a la cual se lo atribuyó.
Jamás imaginó que llevaba dentro de sí a un bebé
Ana Paola de Toledo Souza es una mujer de 29 años que vive en Cubatão, Sao Paolo. En agosto del año pasado presentó problemas de acidez, a ella le encantaba el café, pero al intentar probar un sorbo no podía beberlo por el malestar en el estómago, fue al médico y todo indicaba que tenía gastritis.
«Me hinchaba el estómago y no tenía náuseas, simplemente no tenía apetito. Todo lo que comía se hinchaba rápidamente, entonces el médico me recetó medicamento para la gastritis y me recomendó que siguiera el tratamiento», dijo la confundida mujer.
Intentó concertar una cita con un gastroenterólogo, pero no había disponibilidad sino hasta dentro de tres meses, el tiempo fue pasando y no fue a la cita, los síntomas de la supuesta gastritis persistían. En ese tiempo estuvo trabajando en ventas, permanencia mucho tiempo parada, los pies se le hinchaban y lo atribuía a eso.
Pero ya se estaba preocupando, orinaba demasiado y de color blanquecino, buscó información en internet. Ella, su novio y su madre no podrían creer lo que decía en la web, era imposible que estuviera embarazada porque tenía mucho tiempo cuidándose para evitarlo.
“Llevo ocho años tomando anticonceptivos sin interrupción, por lo que no menstrué. Hasta entonces, la posibilidad de quedar embarazada estaba descartada”, explicó Ana Paola.
Su vientre se hinchaba, pero al estar casi encerrada por la cuarentena lo atribuía a un aumento de peso que afectaba su circulación y de allí los continuos calambres. Fue al hospital, le indicaron una prueba de orina, tenía anemia e infección en el tracto urinario. Por las dudas ella y su novio compraron una prueba de embarazo, el resultado dio positivo.
Regresaron al hospital y el medico la derivó a una prueba de embarazo esta vez en el hospital, el resultado lo darían en ocho horas, pero no dio tiempo, los dolores intensos la llevaron a la sala de maternidad. Nadie podía creer que estuviera embarazada, no había dudas, ya tenía cuatro centímetros de dilatación, y estaba entrando en trabajo de parto.
«Ni siquiera tuve tiempo de saber el sexo antes del nacimiento. Acaba de nacer una niña perfecta. Mientras el médico me quitaba la placenta, mi novio investigaba el significado del nombre Manuelly, que es ‘Dios con nosotros’, y coincidió con lo que acabamos de vivir. Fue inesperado, sin planificación, pero fue nuestro mejor regalo”, explicó la madre.
Manuelly nació el sábado 3 de abril y ambas están muy bien. Los que la conocen no entienden como se pudo ocultar una barriga de 3,2 kg y 49 cm, pero están felices de tener a la pequeña con ellos y la disfrutan como una gran bendición que ha llegado a sus vidas.
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