En los últimos tiempos, el graffiti se ha convertido en una actividad artística pero, también en una que va de la mano con el uso de la agresividad, de las actitudes vandálicas y al margen de la ley, lo que influye negativamente en la sana convivencia entre personas, siendo las instalaciones de los subterráneos unos de los sitios preferidos por los vándalos.
En días recientes, una mujer, quien luego sería bautizada con el apelativo de “Lady Rayones”, fue captada por una cámara de otro usuario en la estación del Metro de Oceanía, en México, rayando las paredes de la misma y profiriendo insultos y gestos obscenos a este y otros pasajeros.
Por su parte, cuando se dio cuenta de que estaba siendo filmada por aquel hombre, Lady Rayones tuvo el descaro de amenazarlo con denunciarlo por haberle tomado las fotografías, que luego publicaría para el disgusto de la mujer. Momentos después, fue detenida y puesta a la orden de las autoridades.
La mujer se dedicó a escribir tranquilamente un par de nombres, “Erick” y “Kim”, en una de las paredes al interior del vagón. En ese momento fue confrontada por el hombre indignado que la filmó. Esta le respondió con una serie de insultos y groserías, que quedaron registradas en primer plano.
«¿También rayas las paredes de tu cuarto, amiga? ¿Por qué rayas las paredes del Metro? Por eso México está así, amiga», se oye decir a la persona que graba el hecho.
Pero, lo más insólito del enfrentamiento verbal entre los dos actores del hecho, fue la respuesta que dio Lady Rayones. Con un desparpajo y una ironía sorprendentes, alegó que solo fue un punto y volvió a guardar su marcador en el bolso, como si nada.
«Esta es Lady Rayones. Fíjense en lo irónico de su respuesta ‘solo fue un punto’. Y luego guarda el rotulador (plumón) en su bolso. Es intolerable ver que siga habiendo gente tan inconsciente, que no sepa convivir con los demás. ¿Qué diría ese tal Erick que rayó en la pared? ¿Será su novio, el pobre?”, dijo el pasajero, incrédulo todavía.
Por su parte, la joven insistía en su mal comportamiento y comenzó a tachar los nombres que había escrito, y agregar más rayones sin parar de decir palabras altisonantes.
Gritaba que Erick no era su novio, pero que podía rayar y hacer lo que le viniera en gana. Acto seguido, arrojó con fuerza su rotulador por la ventana hacia el andén.
Además, también intentó agredir físicamente a su interlocutor, quien aseguró que tuvo que aplicar los frenos del tren, accionando la palanca de emergencia para que se abrieran las puertas y poder escapar de la joven malviviente enloquecida.
“La mujer quiso golpearme y tuve que bajar la palanca del metro, los policías me estaban esperando para auxiliarme y lo hicieron bien rápido”, añadió el hombre.
Finalmente, la mujer logró ser controlada y detenida por un grupo de funcionarios policiales, quienes ya habían sido alertados de la situación.
Lady Rayones emprendió así su camino al juzgado calificador, donde enfrentará cargos por daños a la propiedad pública e intento de lesiones.
En casos como el de Lady Rayones, normalmente, no hay reivindicación de ningún tipo: tan solo es la única forma que conocen para buscar atención, identidad y exaltar su ego. Al menos se hizo justicia, comparte esta noticia.