La conducta de Eduardo, un pequeño diagnosticado con autismo, cambió repentinamente al empezar a acudir al Centro de Eduación Especial Santiago Ramón y Cajal de Getafe.
Sus padres empezaron a sospechar por los comportamientos anormales del pequeño, motivo por el cual le instalaron una grabadora en la ropa durante 4 días. Tiempo prudencial suficiente para confirmar sus más temidas sospechas.
Los padres han denunciado que el pequeño ha sufrido malos tratos en la Institución educativa, de parte de su tutora, una profesora de apoyo, la auxiliar de enfermería y parte del personal de comedor del centro escolar. Los mismos que pudieron ser corroborados gracias a los audios que poseían en sus manos como evidencia.
Y ahora, tres trabajadoras del centro han prestado declaración ante el juez por la supuesta agresión verbal hacia el menor.
Amenazas con pincharle o echarle agua, además de insultos y vejaciones fue lo que los padres tuvieron que escuchar. Lo inmovilizaban, se burlaban de él por su pobre forma de comunicarse con los adultos, y lo castigaban frecuentemente enviándolo al pasillo, sabiendo que tenía tendencia a escaparse.
Algunos de los diálogos que se emitieron fueron:
«¡Fuera de clase ya!…. ¿Has ido al médico? ¿No?… Sí, y te van a pinchar en el culo….¿Te echamos agua por encima?» Y el pequeño tímidamente responde: Me da miedo… ¡NO me piques!»… «Te va a explotar la cabeza, chaval», le dicen burlándose.
Este fue el aterrador audio que encontraron:
IMPUTADAS TRES TRABAJADORAS DE UN COLEGIO DE EDUCACIÓN ESPECIAL EN GETAFE POR MALOS TRATOS A EDUARDO, UN NIÑO AUTISTA DE SEIS AÑOS."¿Te echamos agua por encima?" "Me da miedo. ¡No me pises!" …Los padres han aportado unas grabaciones donde muestran cómo los profesionales del centro le inmovilizaban, le amenazaban con tirarle agua por encima o pincharle en el culo, se burlaban de él y lo castigaban solo en el pasillo a pesar de su tendencia documentada a escaparse del centro. Fue la familia quien, ante el extraño miedo que había cogido el niño a asistir al colegio, le colocó una grabadora para comprobar qué pasaba.El alumno ha cambiado de centro y poco a poco se integra en un nuevo entorno escolar. El proceso judicial sigue abierto.
Publiée par Aranjuez Magazine sur mercredi 18 avril 2018
El pequeño había empezado a presentar actitudes muy violentas en casa y comportamientos totalmente fuera de lo normal.
“Como todos los niños tenía rabietas, se angustiaba o se obsesionaba con algo, pero esa impulsividad y esa agresividad que vimos en él, la ansiedad que sufrió, la vimos a las semanas de comenzar las clases”, ha explicado Montse, la madre de Eduardo.
La madre del pequeño aseguró, además, que el niño llegó a defecarse encima y a comerse los bordes de la habitación, por lo que acudió a su psicóloga, quien entre lágrimas no podía dar crédito al evidente cuadro de maltrato infantil tras escuhar la evidencia.
La psicóloga del niño ha afirmado que el abuso perptetrado es una barbaridad, ya que este tipo de niños llegan a autolesionarse y pudieron haber atentado contra su vida.
Por su parte, un psiquiatra del Hospital General Universitario Gregorio Marañón certificó que Eduardo padecía desde hace varias semanas “episodios recurrentes sin claro desencadenante de alteraciones del comportamiento, con marcada inquietud y autolesiones».
Después del episodio, el niño tuvo que estar hospitalizado 15 días, del cual salió medicado.
Otras madres han testificado que en el colegio existe lo que se llama la «habitación blanca», donde los encierran con llave cuando «se ponen nerviosos», sin ninguna supervisión en su interior.
Ante los hechos, la familia ha contado con el apoyo de un abogado para interponer una denuncia en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Getafe.
Sin embargo, las trabajadoras rindieron declaraciones y negaron en todo momento cualquier tipo de maltrato y aseguraron que tan solo siguieron el protocolo habitual en estos casos. Además, el Centro Escolar también se ha desvinculado de toda responsabilidad, por lo que los padres han manifestado sentirse solos en el proceso.
La única respuesta que recibieron fue una citación que recibieron por un expediente que quiso abrir el centro después de que Eduardo dejara de asistir a clase.
Ahora, Eduardo está en otro colegio, sigue con prescripción médica y todavía no supera el suceso de agresión en el anterior centro.
Es muy lamentable que este tipo de hechos sucedan y más indignante que sean solapados por las instancias públicas. Esperamos de verdad que se haga justicia con el pequeño Eduardo.
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