Jemma Sheppard siempre soñó con el momento en que lograra convertirse en madre. Una vez que se casó, su esposo y ella comenzaron a buscar el embarazo pero el tiempo pasaba y no lo lograban.
Acudieron al médico en busca de respuestas y tras una serie de exámenes recibieron una de las noticias que más temían. Sheppard tenía el útero en forma de corazón, una condición que hacía sumamente difícil que lograra tener un embarazo exitoso.
Jemma vive con su pareja en la ciudad de Newport en los Estados Unidos.
Jemma sufría de ovarios poliquísticos y además su útero no tenía la normal forma de pera que tienen la mayoría de las mujeres. Tiene una condición conocida como matriz arqueada. Esto produce que su útero tenga una forma que da lugar a dos cavidades dando así la impresión de que parece un corazón.
Se estima que tan solo 3% de la mujeres nace con esta condición en el útero.
A pesar de que tenían muy pocas probabilidades decidieron acudir con un especialista. Habían tenido tres embarazos fallidos que no lograban pasar de las primeras 16 semanas de gestación, así que quisieron intentar con inseminación intrauterina.
Los médicos les indicaron que era muy poco probable que lograran tener un hijo, así que la pareja decidió no poner sus esperanzas muy en alto.
Según los especialistas la pareja solo tenía un 15% de posibilidad de tener hijos.
En contra de todo pronóstico, un par de semanas después quedaron en completo shock. Jemma no sólo se encontraba embarazada sino que se convertiría en la madre de trillizos. Debido a su condición, era un embarazo sumamente delicado y siempre les hablaron sobre la posibilidad de que uno de los bebés no lograra sobrevivir.
Jemma logró quedar embarazada con 33 años de edad.
Los tres se estaban formando en una sola de las cavidades del útero de Jemma. Sin embargo, 9 meses después, los felices padres lograron dar la bienvenida a sus dos niñas y un niño.
“Nosotros habríamos quedado demasiado felices con tan sólo tener un bebé. Ahora tenemos una gran familia y es algo simplemente maravilloso”.
Los tres bebés nacieron muy saludables. Los llamaron Evelyn, Rome y Areya. Sólo la pequeña Areya debió pasar un par de días extra bajo el cuidado de los especialistas porque era un poco más pequeña pero se recuperó rápidamente.
Jemma tuvo que pasar los últimos meses del embarazo en silla de ruedas.
Celebramos esta maravilloso nacimiento que ha traído tanta alegría a esta bonita familia. Esperamos que sigan creciendo fuertes y saludables.
No te vayas sin compartir esta gran historia de los trillizos que nacieron de un útero en forma de corazón.