Para cualquier estudiante el día de su graduación es muy emotivo e importante, porque después de esfuerzos y sacrificios ve lograda su meta.
La alegría aumenta al compartirlo con los padres que suelen ser las personas que más nos inspiran en la vida, sin embargo, este no es el caso de Jeric quien ha estado siempre solo en los momentos más significativos de su vida.
Jeric Rivas
Jeric Rivas es un joven de Filipinas que se ha sacrificado mucho para lograr sus metas.
La ausencia de sus progenitores en los momentos más relevantes se había convertido en una costumbre, el joven nunca olvida el día en que ganó una medalla como premio por su excelencia académica en la primaria, y él no quiso subir a aceptarla porque no había ningún miembro de su familia allí acompañándolo, estaba completamente solo.
No mucho después se encontró con el mismo problema, pero esta vez pidió prestados a los padres de su amigo para actuar como suplentes. Fue muy triste, pero quería ser reconocido por su arduo trabajo.
Finalmente, se graduó en la Universidad La Concepción, en San José del Monte donde obtuvo el título en criminología con todos los honores.
Tenía sentimientos encontrados, aunque estaba feliz de graduarse junto a sus compañeros y amigos, la tristeza lo embargaba al no tener en ese momento tan especial a sus padres.
“Sentí mucha tristeza en el día de mi graduación. Es triste porque recuerdo una vez más lo que sucedió cuando estaba en la escuela primaria y en la escuela secundaria”, recordó el brillante alumno.
Pero este día, cuando recibiría su título de criminalística, pensó que no podrían dejar de venir. Sin embargo, llegó el gran momento de la ceremonia de graduación y no apareció nadie… ¡otra vez!
“Sentí que mis lágrimas goteaban, simplemente me senté a un lado. Me da vergüenza decirlo”, escribió el afligido Jeric.
Jeric rompió el corazón de sus compañeros al verlo tan triste
En la medida en que veía a sus compañeros subir al sitio donde les entregarían sus merecidos títulos, Jeric sintió nuevamente la soledad alrededor de él.
Pero, uno de sus profesores se le acercó y lo abrazó efusivamente. Por fin, el nuevo profesional recibía un diploma con alguien quien lo apoyaba.
A Jeric le tocó dirigir unas palabras a los presentes, y no dudó en darle las gracias a su familia por el apoyo prestado a lo largo de los años.
Fue un gesto noble de parte del joven, conociendo el precedente de su historial familiar.
Comparte esta triste y emotiva historia con todos tus amigos. Y demuéstrales siempre a tus familiares que los amas y apoyas incondicionalmente, con palabras y acciones.