Jessica es una chica con una historia motivadora, ella es una joven que ha vivido en el estado de Florida toda su vida. Con tan solo 22 años atravesó un viaje interior asombroso que la llevó a cambiar su vida radicalmente.
Básicamente ella derrotó a un gigante, solo que este se encontraba en su interior y se reflejaba en su exterior.
Jessica perdió 85 kilogramos de peso en un año.
Ella ejercita todos los días entre una hora y hora y media cada día de la semana y hasta los fines de semana, cuando pasa más tiempo allí para aprovechar su tiempo libre.
Ella ejercita por sí misma, nunca he tenido un compañero ni un amigo que la acompañe pero aún así logra mantenerse motivada.
Jessica hace ejercicio cardiovascular todos los días alternando con ejercicios de pesas y resistencia.
Jessica reconoce que los ejercicios HIIT reforzados con pesas es algo que la ha ayudado mucho y que ha podido lograr ahora que tiene la fuerza y la resistencia para hacerlo.
Jessica admite que cuando empezó su camino hacia una dieta saludable y una vida más balanceada ella se dejó llevar un poco por la técnica de contar calorías.
En cualquier momento que comía demasiadas calorías con una comida, ella sentía mucha culpa y luego restringía las calorías que podía consumir más adelante.
Un desayuno típico: huevos con claras revueltos, 2 rebanadas de pavo, 1 rebanada de queso americano light y 1 rebanada de pan integral.
Aunque admite que esto era necesario al principio para ser más consciente de su nutrición, ella luego dejó de ser tan estricta con el conteo.
Jessica se dió cuenta de que si se obsesionaba con esto jamás podría ser verdaderamente saludable y disfrutar su vida y las comidas.
Su delicioso almuerzo: Pollo teriyaki con vegetales.
Hoy en día, ella aún vigila su peso y los alimentos que decide llevar a su boca pero no tiene un límite exacto de calorías al día.
Principalmente su técnica es mantenerse alejada de las comidas con alto contenido de carbohidratos dañinos, como las patatas fritas.
La cena: pechuga de pollo, una porción de arroz y vegetales.
Para controlar las ansías de comer ella mastica chicle, toma mucha agua y come pequeños bocadillos durante el día. Su principal motivación fue una necesidad de cambio.
Con mucha candidez Jessica admite que ella se sentía como “blah” todo el tiempo.
Siempre estaba cansada, estaba llena de pereza, se sentía horrible.
Hoy en día su motivación la encuentra mirando al espejo, ver todo lo que ha logrado le motiva a seguir adelante y no volver a ese estado en el que estaba antes.
Una de las dificultades que muchas personas enfrentan es cómo encontrar el balance entre trabajo, escuela y ejercicio.
En el caso de Jessica ella recomienda poniéndose unas horas fijas, en su caso ella salía del trabajo y se iba directo al gimnasio.
Ahora decidió trabajar directamente en el gym, esto ha realmente cambiado toda su vida.
Una de las cosas más difíciles era llegar al gimnasio y pensar “Realmente no quiero hacer esto” y saber que su cuerpo le iba a doler.
A pesar de eso ella perseveró y solía estirar mucho para combatir el dolor.
Esta chica realmente nos muestra lo que es la determinación, la fuerza de voluntad y la capacidad de cambio que podemos tener las personas.
Un verdadero ejemplo a seguir.
Comparte esta motivadora historia con todos aquellos que necesitan hacer un cambio en su vida, si ella pudo tú también.