Fue en mayo de 2017 cuando Jim recibió el diagnóstico de glioblastoma, un tumor cerebral de rápido crecimiento, y desde entonces recibió los cuidados paliativos, sin embargo, este padre cariñoso no sabía si viviría para estar en la boda de su hija.
Desde que Mary se comprometió, este padre y su hija nunca dejaron de soñar con el día que compartirían el baile especial en su boda. Cada día se abrazaban a la esperanza de lograrlo.
No estábamos seguros de cómo iba a sentirse ese día. Simplemente sabíamos que íbamos a hacerlo de alguna manera».
Y… ¡Así sucedió!
Mary y James se casaron el mes pasado en St. Francis, y Jim en su silla de ruedas hizo caminar a Mary por el pasillo frente a todos sus invitados.
Durante la recepción, Mary y su padre cumplieron lo que habían soñado, compartieron el tan esperado baile.
Mary empujó a Jim, quien tenía una espléndida sonrisa en su rostro mientras los invitados disfrutaban de la felicidad que rebosaba a este padre con su hija. Parecía que Jim tarareaba la canción con mucha emoción durante el baile.
Las sentidas y emotivas lágrimas en el rostro de Tracy, la madre de la novia y esposa de Jim no se hicieron esperar por tanta felicidad.
Tracy añadió que el baile fue una hermosa expresión del amor de Mary por su padre.
Estaba abrumado por el orgullo y el amor que siente por su hija.»
Indudablemente ese 29 de diciembre fue un gran día para Jim. Un hermoso y perfecto día para él y para toda la familia y amigos.
No dejes de compartir estas imágenes que hablan por sí solas y celebrar junto a ellos el amor más puro y sincero amor entre un padre y su hija.