Justine Damond, una mujer australiana de 40 años, que vivía con su prometido y su hijo en Minneapolis, Minnesota, oyó una voz femenina gritando por auxilio detrás de su casa e hizo una llamada al 911, pidiendo ayuda. Minutos después murió por el impacto de una bala.
En su intento por tratar de ayudar a una vecina, a quien pensaba la estaban agrediendo sexualmente, guiada por sus gritos, se animó a hacer la fatídica llamada. Justine dio su dirección al oficial de policía por teléfono y salió a comprobar que vinieran en ayuda de la extraña.
Viendo que la ayuda no venía, al menos lo rápido que ella hubiera querido, Justine volvió a llamar al 911 para confirmar la dirección y confirmó a los oficiales que los gritos continuaban. Le dijeron que los oficiales ya estaban en camino.
Lo que sucedió después quitará el sueño para siempre al oficial Noor, quien abrió fuego cuando una figura no identificada salió de la oscuridad y corrió hacia el vehículo. Para su desdicha era la misma Justine Diamond, y así, injustamente perdía la vida.
El oficial, como es de esperar, dijo sentirse devastado, en medio del dolor por haber cobrado la vida de una inocente mujer.
Noor confesó que estaba oscuro y que la situación estaba tensa, ya que la persona que había llamado al 911 estaba en»pánico».
Los oficiales Noor y su acompañante, Matthew Harrity, al ver lo sucedido, trataron inmediatamente de salvar a la mujer de Sidney, después de que Noor le disparara a través de la puerta lateral de su vehículo policial.
Estos hechos los pudieron conocer gracias a la investigación que se hizo a un ciclista, testigo del incidente, que pasaba por la avenida.
Lo extraño del incidente es que no hay videos o imágenes de audio que ayuden a la investigación y tanto Noor, como su compañero, Harrity, han sido puestos en licencia administrativa. Por su parte, Noor, de 31 años, ha ofrecido sus «condolencias», pero ha exigido que todos respeten su privacidad, decidiendo no dar ninguna entrevista y contratando a un abogado para su defensa.
La alcaldesa de Minneapolis, Betsy Hodges, dijo que deseaba que Noor aceptara una entrevista, pero que por ley no podían obligarlo. «Tenemos muchas preguntas que resolver sobre el crimen».
¿Por qué el oficial Noor sacó y disparó su arma? ¿Qué pasó desde el momento en que los oficiales llegaron a la escena hasta cuando fue declarada muerta? ¿Por qué no tenemos imágenes de cámaras corporales? ¿Por qué no se activaron? Todos queremos respuestas a esas preguntas.
Noor podría enfrentar un cargo de asesinato porque la muerte de Justine ha sido declarada homicidio, en segundo grado es lo más probable, dijo el abogado del condado de Hennepin, Mike Freeman.
La familia de Damond estaba desconsolada, se reunió en las playas del norte de Sydney el miércoles por la mañana para una silenciosa vigilia en su honor, y el primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull, pidió respuestas sobre cómo fue asesinada.
Mientras tanto, la alcaldesa de Minneapolis está exigiendo saber por qué ninguno de los oficiales tenía su cámara de cuerpo encendida en ese momento, a lo que ella llamó una «pregunta clave» para los investigadores.
Los resultados de la autopsia realizada a Justine declararon que murió de una herida de bala en el abdomen y su muerte fue catalogada como un homicidio.
Algo que queda en el limbo de las investigaciones es por qué los oficiales nunca encendieron sus cámaras de cuerpo.
El procedimiento dicta que las cámaras se encenderán antes del uso de la fuerza, durante «cualquier contacto que implique actividad delictiva» y «durante su turno en todo momento cuando puedan razonablemente anticipar que pueden estar involucrados en una situación para la cual la activación sea necesaria.
Un incidente que tiene consternado a todo Minnesota y al mundo entero. Muchas preguntas, pocas respuestas, y una familia devastada ante la prematura partida de quien pronto contraería nupcias. Muchos se preguntan qué hay detrás de todo esto y qué es lo que realmente movió al oficial Noor a disparar a quemarropa.
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