Fumar es un vicio bastante antiguo. Al igual que el alcohol los cigarrillos son de esas cosas socialmente permitidas pero altamente dañinas y todo fumador está consciente de ello. Este hecho es del conocimiento de una mujer de 42 años que no sólo fuma, sino que es adicta a comer cigarrillo.
Aunque sufre los daños que esto le ocasiona, la dama no puede dejar de comer 8 cigarrillos cada noche antes de irse a la cama.
Karen Kaheni es de Barnsley, South Yorkshire y debido a un extraño trastorno ha desarrollado una adicción que rompe cualquier regla: come colillas de cigarrillos diariamente para calmar su ansiedad.
A pesar de que Karen reconoce que esto es bastante extraño pues, además, las colillas tienen un sabor desagradable; la mujer confiesa hacerlo por el raro placer que le produce masticar la textura del cigarro.
“No es tanto el sabor de las colillas de cigarrillos o la tiza lo que me gusta, es más la textura. Ahora, mis antojos son tan fuertes que cuando me quedo sin tiza o no tengo un cigarrillo a mano, me agito bastante y mi boca comienza a salivar” confesó Karen Kaheni.
Además del cigarrillo, Karen ha desarrollado un gusto por comer tiza y también es una fumadora empedernida. La mujer fuma alrededor de 60 a 80 cigarrillos diarios, cosa que ha afectado su economía y su salud.
Esta madre de dos niños sufre constantemente de diarreas, sin mencionar el daño que la nicotina ha ido causando en sus pulmones.
Karen no recuerda con exactitud el momento en que empezó a lidiar con sus extraños gustos alimenticios. Su hija Danielle tiene 23 años y la menor, Sara, 21 años, antes del nacimiento de Sara esta mujer parecía llevar una vida normal. Sin embargo, después de su embarazo y al llevar a la pequeña al colegio comenzó a sentir un deseo particular por comer tiza.
«Tuve un embarazo bastante tardío y hacia las últimas semanas, recuerdo haber tenido este impulso masivo de apretar los dientes en algo duro y calcáreo. Después me encontré fantaseando con la vieja tiza de pizarra que tenían en la escuela», recordó la mujer.
La explicación a su particular vicio recae en un extraño trastorno alimenticio: Karen Kaheni sufre de PICA, un trastorno en la conducta alimentaria que le produce un incontrolable deseo por lamer o ingerir sustancias no nutritivas. Esta condición es algo que le causa mucha vergüenza a Karen.
En principio la mujer lo hacía en privado, escondiéndose de su compañero Andrew Simón, de 42 años, y de sus hijas. Sin embargo, hubo un punto en el que no pudo ocultarlo más.
Si el vicio es bastante extenuante para ella, esconderlo era aún peor. La Sra. Kaheni quedó ciega a los 12 años debido a una meningitis y en el momento de fumar acostumbra a sumergir la colilla de cigarrillo en agua.
Sin embargo, al comenzar a consumirlas debía asegurarse de guardarlas sin que su familia notara lo que estaba haciendo.
En el último año su trastorno empeoró pues en abril, durante una visita a su hermana Zohreh, de 33 años, en Londres, el gusto por comer tiza regresó.
Desde entonces, la mujer compra en línea paquetes 250 gramos de tiza natural que importadas de Rusia por el costo de 22 dólares. Karen ya había estado sufriendo los estragos que la ingesta de cigarrillos hacía en su sistema digestivo. Por esa razón, optó por la costosa alternativa de comer tiza natural para descartar los daños que el arsénico y otros químicos en la tiza podrían causarle.
«Una noche, cuando estaba afuera, en el jardín de mi hermana y fumaba, el deseo de comer algo en la pared de ladrillo me sorprendió. Rasqué un poco con mi uña y me la comí. Fue tan satisfactorio, sólo por la textura y la sensación que había anhelado», confesó Karen.
Desde que comenzó a consumir tiza, la adicción de Karen Kaheni por comer cigarrillos ha disminuido. Sin embargo, no lo ha podido dejar del todo. Antes de dormir mastica entre 3 y 4 colillas para calmar su ansiedad. Esta situación sigue causándole no sólo problemas de salud, sino una profunda vergüenza pues la mujer no sabe cómo controlar sus deseos.
PICA es un trastorno que se hace evidente en los niños, quienes constantemente están introduciendo objetos y sustancias no alimenticias a su boca.
Sin embargo, con su crecimiento se va modelando su conducta alimenticia. Esperamos, Karen pueda iniciar un tratamiento de conducta alimentaria con la ayuda de algún especialista con el que pueda cambiar sus gustos pues como ella misma reconoce esta situación le está robando la vida.
Algunas personas desarrollan este tipo de vicios sin conocer que sufren de PICA. Comparte el caso de Karen Kaheni y ayuda a difundir la existencia de este extraño trastorno.