La ansiedad y el insomnio no son buenas compañías para nadie, en cualquier momento le pueden hacer una mala jugada a quien, en medio de su desesperación trata de controlarlos.
Esto fue lo que le pasó a Katrina Glynn, una mujer de 34 años, madre de tres hijos, cuando una noche del mes de agosto, en su lucha por dormir, accidentalmente se suicidó al tomar varias pastillas que, aunque estaban recetadas, al ligarlas fue como hacer un cóctel de la muerte.
Lamentablemente, el cuerpo de esta extra-bajadora sanitaria fue encontrado sin vida en el sofá de su casa en Bolton, Gran Manchester.
La noche anterior al día de su muerte, la ex-trabajadora sanitaria sintió mucha ansiedad porque a la mañana siguiente su pareja estaría de vuelta en casa, tras estar ausente durante un largo tiempo por trabajo…Ella quería que todo estuviera perfecto para cuando su novio llegara.
Las pruebas forenses confirmaron que en el sistema sanguíneo de Katrina había analgésicos que incluían morfina más bloqueadores beta, antidiabéticos y tabletas antidepresivas. Entre las pastillas que ella tomó estaba paracetamol y temazapam.
Todas las pastillas que ingirió fueron medicadas, sin embargo, Tim Brennand, el Forense, descartó el suicidio y explicó las consecuencias de tomar todos esos medicamentos juntos, esa mezcla fue como un juego de ruleta rusa química.
Tim expresó que tristemente esta mujer, joven y madre luchadora fue vencida en una batalla con sus demonios. Expresó que realmente fue una tragedia que apagó las ganas y el entusiasmo por la vida de esta gran mujer.
No creo que esto haya sido un suicidio, ya que ella estaba haciendo todos los arreglos para recibir a su novio, estaba muy contenta para hacer planes con su familia el siguiente fin de semana”.
Katrina se había auto-administrado la medicación y lo más probable es que no haya tolerado algunas de las drogas que tomó.
Aunque no eran drogas ilícitas, el peligro estaba latente en el uso que se les diera, ya que mezcladas tenían un alto potencial para provocar la muerte.
Algunas personas pueden creer que comprenden los efectos de estos medicamentos y que los pueden controlar. El caso de esta joven madre es el típico caso de alguien que vive en un juego de ruleta rusa química. Resultó un cóctel con un efecto fatal «.
Katrina tenía antecedentes de ansiedad severa y depresión pos-parto, y como ayuda para manejar sus problemas tomó diferentes medicamentos recetados.
Aunque tenía nociones sobre los efectos de estas drogas no se percató de que podían tener un alcance muy peligroso. Ella se inició como trabajadora de apoyo de atención médica en el Hospital Bolton en el 2010, pero se retiró en el 2013 cuando quedó embarazada de su tercer hijo.
Su madre, Janet, comentó que su hija había empezado una relación con un hombre que trabajaba en las plataformas petrolíferas, lo que implicaba que estaría ausente de casa y eso le provocó más depresión y ansiedad.
El día anterior de su muerte ella fue a casa de su madre para pedirle que se llevara algunas cosas, entre las cuales estaba la lavadora, porque su novio llegaba al día siguiente y ella quería limpiar y asegurarse que todo se veía bien, expresó su madre.
Ella se fue a las 6:30 p.m. de casa y a las 10:30 pm recibí una llamada de ella y me preguntó si podía llevar algunas almohadas para su compañero cuando regresara”.
Regresó a las 11:00 p.m. y le pidió algo de paracetamol. Expresó lo feliz y emocionada que estaba. Su madre confirmó que el día anterior ella estaba absolutamente bien.
Dijo que amaba a su familia y que iba a estar bien caminando a casa. También mencionó que esperaba que llegara el fin de semana rápido porque quería salir a comer con nosotros”.
Por fin había llegado el gran día en el que ella se reencontraría con su novio y su madre le envió mensajes de texto a primera hora de la mañana. Janet comentó que le pareció muy extraño no recibir respuesta de su hija, pero no pensó nada malo.
Poco tiempo después vio el registro de varias llamadas perdidas de su novio, hasta que logró comunicarse y supo que él tampoco sabía nada de ella. Luego entró la llamada de la policía para recibir la peor noticia que un padre puede tener.
El patólogo Emil Salmo, reveló en un informe toxicológico que Katrina tenía «tres formas» de morfina en la sangre, así como paracetamol, propranolol, ciclizina, citraloprano, pronaxeno y temazepam.
Su madre afirmó que ella nunca haría eso a propósito. El amor por sus hijos era realmente inmenso, siempre mostró preocupación sobre su destino si ella les llegara a faltar.
Matthew Miller, el psiquiatra que trató a Katrina en octubre de 2016, comentó que le diagnosticó ansiedad y depresión. También consideró que ella tenía un trastorno emocional, personalidad inestable y trastornos de sueño.
Añadió que tenía una buena relación con sus hijos y que no le vio tendencias suicidas, no mostró signos de auto-lesión. Ella solo quería dormir.
Es una muerte lamentable y que debe ser un ejemplo para quienes padecen de esos estados emocionales y toman medicamentos que, aunque tengan la prescripción médica, mezclados entre sí son potencialmente peligrosos.
Katrina durmió para siempre, despertará como una estrella para guiar los pasos de sus hijos desde las alturas. A través de su trágica experiencia, podemos alertar a otras personas a prevenir accidentes por consumir fármacos inadecuadamente. ¡Compártela!