Asegura que nació humano pero realmente es un perro: anda en 4 patas, ladra y lame a sus amigos

El hombre es capaz de dejarse llevar por sus deseos más extremos. Hay quienes se sienten ajenos a sus cuerpos y defienden que son de otra especie. Es una nueva y extraña tendencia que sorprende a muchos, el protagonista de este caso asegura que nació humano pero se cree perro.

De esta mentalidad surgen los términos como licantropía y transespecie, defendidos por aquellas personas que afirman poseer una conciencia animal y no dudan en adaptar su cuerpo a ella, lo que es verdaderamente curioso.

Kaz James, de 37 años, oriundo de Salford Salford, Greater Manchester en Reino Unido afirma que vive libremente como un perro y lo demuestra cada vez que regresa de su trabajo transformándose en un «cachorro humano».

Se viste y actúa como el animal que siente que es.

“Mis amigos me conocían por saludarlos agarrándoles el cuello de su camisa con mis dientes y morderlos o lamerlos, comportamientos muy caninos”, señala.

Asegura que toda su vida sintió “ser un perro”. Ha adoptado un estilo de vida canino.

Relata que se dio cuenta de que sus comportamientos eran muy parecidos a los de un can en la infancia, probablemente desde que tenía seis años.

Admitió sentirse realmente «extraño» e incapaz de relacionarse con los demás hasta que finalmente permitió que su personalidad de perro apareciera en la adolescencia. Ahora aprovecha cada oportunidad fuera de su jornada laboral, para vivir la vida de un perro.

Kaz es gerente de una tienda situada en Salford, Manchester, se describe a sí mismo como un perro policía de color naranja y marrón.

Dijo que nunca se sintió bien como humano, solo cuando se encontró con amigos afines en la próspera comunidad de cachorros en línea, lo impulsó a sincerarse consigo mismo y desatar su personalidad canina. Mencionó que era liberador saber que había otras personas como él.

“Vivo mi vida cotidiana de manera relativamente normal”, Kaz solo se viste como un humano común y corriente cuando va a trabajar. No obstante, siempre lleva alguna prenda distintiva de perro.

Como cachorro no duda disfrutar de cosas tan simples como morder los juguetes.

Se viste con trajes de goma personalizados, usa máscaras, collares y correas.

Posee un traje de piel a medida de 2.200 euros para parecerse lo más posible al amigo de cuatro patas.

 

Está seguro de que vivir la vida de un perro le da la oportunidad de ser «la mejor versión de sí mismo».

Anda en cuatro patas y hasta prefiere comunicarse ladrando y lamiendo.

“Siento una sensación de paz siendo un cachorro humano. Las pequeñas cosas me hacen feliz, como comer de un tazón de mascota. No como comida para perros, pero sí pruebo golosinas caninas que tienen un sabor muy bueno además de ser saludables”, detalla.

Kaz es cofundador de Kennel Club, lo que una vez fue un pasatiempo oculto se ha convertido en toda su vida. Incluso ha presentado una serie de consejos útiles sobre el juego de roles en un libro que escribió: «Cómo entrenar a un cachorro humano».

Sputniknews / YouTube

Otras personas como Kaz esperan que la sociedad entienda su sentimiento, siendo reconocidos y aceptados sin ser juzgados por sentirse animales.

Un ejemplo es Tom Peters, de 32 años, sacrificó su relación para seguir siendo un cachorro dálmata y pide ser reconocido como el primer hombre Transespecie.

Comparte esta insólita y curiosa historia que ha dado mucho de qué hablar en las redes.

 

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