Cumple su sueño de usar un vestido de novia hecho de hierro y de 30 kilos

Todas las novias quieren lucir verdaderamente perfectas en su gran día. Muchas pasan meses buscando el vestido perfecto, pero Kerry Mcmillan siempre tuvo algo muy claro: quería que su vestido reflejara su gran amor por el Prosecco, un vino blanco italiano que además se convertiría en la bebida oficial durante la boda.

Kerry viven en la ciudad de Edimburgo en Escocia.

Un conocido de Kerry comenzó a hablar con ella sobre las diferentes maneras en que podrían asegurarse de que la boda fuese completamente única. Después de un par de minutos dieron con una idea muy particular.

En lugar de tener una mesa en la recepción con todas las bebidas, se asegurarían de que la misma Kerry pudiese ofrecerlas al llevar las copas de vino como parte de su vestido.

Kerry tiene 38 años y trabaja como estilista.

Para lograr darle forma a esta extraña idea comenzaron a diseñar una particular pieza de metal que se pudiera agregar al blanco y delicado vestido de novia. No se trataba de la tradicional armazón que se puede encontrar en algunos vestidos elegantes.

Fabricar la pieza llevó muchas horas de trabajo y sólo estuvo lista horas antes de la recepción de la boda.

La estructura debía poder contener 50 copas de vino para que Kerry las tomara cómodamente y se las entregara a sus invitados. Consultaron con varios herreros y la mayoría de ellos quedaron estupefactos ante una idea tan extraña.

“Quería poder hablar con todos los invitados mientras acudían a mí por una copa de Prosecco”

Por fortuna, un valiente herrero decidió arriesgarse con este extraño pedido y logró crear la pieza perfecta de 30 kilos con la que Kerry había soñado. Una vez que comenzó la esperada celebración, todos los invitados quedaron impactados con una idea tan original.

“Fue fantástico. Hizo que todo fuese mucho más personal que simplemente tener una mesa con los tragos”.

La enorme pieza de metal no sólo cargaba las diversas copas de vino, también llevaba un par de mensajes y placas en las que los novios recibían los mejores deseos en esta nueva etapa de su vida.

Una vez que la boda llegó a su fin, Kerry pensó en dejarlo todo en el hotel, pero luego se le ocurrió que otras novias podrían querer compartir esta graciosa experiencia, así que ahora lo alquila.

“No imagino cómo sería el primer baile si utilizo esto”.

Unilad

Cuando se dio a conocer el peculiar invento de esta novia, muchos en las redes quedaron debatiéndose si realmente se trataba de la mejor idea o si era algo lo suficientemente cómodo para llevar en una fiesta tan importante.

¿Qué opinas de este extraño armazón? Comparte esta nota y cuéntanos tu opinión sobre algo que sin duda hizo que fuese una boda inolvidable.

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